Cultura Motera

Así es la cocina australiana que nuestros pilotos se perderán

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Un Gran Premio más, aquí estamos con la gastronomía típica del lugar que nuestros pilotos no podrán probar pero que tú, si tienes la suerte de estar allí, sí.

Dulce con frutas australiano
Así es la cocina australiana que nuestros pilotos se perderán

Si os preguntamos por la comida típica de Australia, quizás lo primero que os venga a la cabeza sea el canguro, sin tener muy claro si esta gente realmente se come o no a su animal más universal. El Gran Premio de Australia, que se disputa el fin de semana del 21-22 de octubre en el circuito de Phillip Island, permitirá a todo aquel que pueda disfrutar de las carreras en directo conocer un poco más de cerca la cocina autóctona. Los pilotos, en cambio, y como ya es costumbre, deberán observar los manjares locales desde la barrera. Son las cosas de la alta competición.

Si tú no estás en la parrilla del Mundial de Motociclismo y tienes pensado visitar el país en el que nació Michael Doohan, uno de los pilotos más laureados del Equipo Repsol Honda, toma buena nota sobre lo que tu estómago no se puede perder.

Antes de entrar en materia es justo nombrar un producto autóctono que, tarde o temprano, te tocará probar. Se llama Vegemite y pensarás que es una crema de chocolate. Pero no. Se trata de una pasta de untar, salada y levemente amarga, que se elabora con extracto de levadura. Aquí se venden 22 millones de botes al año, así que más te vale hincarle el diente si un australiano te ofrece una rebanada rebosante de Vegemite. Se creó en 1922 y se ganó a la sociedad después de que el ejército lo usara para alimentar a las tropas durante la Segunda Guerra Mundial.

Un país que bebe de tantas nacionalidades distintas y que tiene como raíz una potente población indígena es complicado que tenga un hilo conductor gastronómico muy claro. Ingleses, irlandeses, asiáticos y mediterráneos que huyeron de las dos Guerras Mundiales han ido dejando su sello en el recetario australiano. En algo sí parecen coincidir todos: les encanta la barbacoa. Lo que metan encima de las brasas ya va por gustos. Aunque es justo admitir que los que marcan la pauta son los británicos. Lo demuestra el hecho de que el plato más famoso sea el pastel de carne.

La mayoría de recetas de carne y pescado se fusionan con el amplio conocimiento de la tierra que tienen los aborígenes que llevan aquí desde tiempos inmemoriales. Conocen cada planta, cada hoja, cada semilla, cada fruta. Y saben qué sabor tiene y qué propiedades aporta a nuestro organismo. Es habitual encontrar su sabiduría en muchos manjares.

Entre los pescados, el más habitual es el ‘barramundi’, originario de estas tierras. Puede llegar a medir dos metros y pesar 60 kilos, pero lo normal es que te sirvan uno que cabe en el plato. Frito, a la plancha, al horno o en una barbacoa, es de sabor suave y es rico en Omega 3.

En cuanto a la carne, y respondiendo a la pregunta existencial sobre el canguro, los australianos sí se comen a su animal más típico. De aspecto rojizo, su carne solo tiene un 2% de materia grasa. Ojo con el sabor: más fuerte que nuestros cerdos y pollos de toda la vida.

Si te va lo exótico quizás también te atrevas con el cocodrilo. Se suelen usar ejemplares de agua salada, con lo que su sabor al paladar es una extraña mezcla entre la pechuga de pollo y un pescado medio. Su textura es tierna y jugosa, y los cortes más apetecibles provienen del lomo o de la cola.

En cuanto a la bebida, las opciones escasean pero es difícil fallar. Por un lado, la cerveza rubia, suave y muy sabrosa. Por el otro, el vino de bodegas australianas que, cada vez más, podemos comprar en tiendas especializadas de todo el mundo.

Llegada la hora del postre, un par de sugerencias. Pávlova es una tarta tradicional a base de claras de huevo, azúcar, vinagre blanco y vainilla. Se hornea y luego se deja enfriar. Se culmina con un baño de nata montada y frutas. El nombre rinde homenaje a la bailarina rusa Anna Pávlova (1881-1931). Los australianos aseguran que el postre lo inventaron ellos. También lo dicen los neozelandeses. Os recomendamos también que probéis el ‘lamington’, un pastel esponjoso, de forma cuadrada y recubierto de coco rallado y chocolate.

La gastronomía australiana permite realizar un viaje por la cocina de medio mundo. Quien pueda, ¡a disfrutarlo!!

Foto cabecera: Kimberly Vardeman | Flickr

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