
¿Cuándo debes cambiar los neumáticos?
Cambiar la rueda delantera puede parecer una tontería, pero la máquina responde al 100×100 cuando la maquinaria está al 100×100, por eso hemos reunido estos sencillos consejos. ¿Cuáles son los tuyos?
Es cierto que los neumáticos posteriores se gastan antes que los delanteros. Normalmente, en relación dos a uno: el trasero suele durar en buenas condiciones sobre la mitad que uno anterior.
Naturalmente, esto no es un axioma: las gomas hay que sustituirlas, ineludiblemente, ¡siempre, y cuando estén deterioradas! No tiene ningún sentido arriesgarse a un accidente de consecuencias imprevisibles, o a una caída que destruya una moto de miles y miles de euros, por alargar el cambio de neumático ¡que tendrás que acabar por hacer en unos pocos kilómetros!
En primer lugar, es imprescindible tener en cuenta que unos neumáticos a presión inadecuada pueden desgastarse de manera no uniforme. Pueden aparecer “planos” y zonas dañadas que lo inhabilitarán para su uso aun devolviéndole las presiones correctas.
La importancia de la profundidad del dibujo de la banda de rodadura
Por norma general, hay que sustituirlos cuando queda alrededor de 1 mm de dibujo. Se dice que ello ocurre cuando una moneda colocada en uno de los surcos ya no queda sujeta sin caerse.
El desgaste irregular y otros signos de desgaste
Pero la verdad es que para “medir” la profundidad disponible del neumático mejor comprobar los testigos de desgaste. Normalmente, en los flancos se muestra una pequeña marca, un logo, un triángulo, o las letras “TWI”. Así mismo, en el interior en U de los canales del dibujo, suele haber una protuberancia de goma que, al surgir a ras de superficie, indica que la capa superficial está desapareciendo.
Un neumático posterior de carretera gastado, además, lo estará inevitablemente mucho más por el centro de la banda de rodadura: estará “cuadrado”.
Lo que más desgasta un neumático, y esta es la razón por la que la vida útil de uno posterior sea mucho menor que la de un delantero, es el rozamiento bajo carga. Por un lado, el reparto de pesos del conjunto del vehículo, es decir, con conductor (y más aún con pasajero y equipaje) se centra más en el tren trasero de la moto que en el anterior. Por otro, los esfuerzos transferidos al neumático por la transmisión de la potencia motriz, que llega a hacerlo derrapar en aceleración, causa una fricción que va eliminando el grosor de la goma superficial.

Salvo en uso en circuito, donde se rodará mucho tiempo inclinado, estos esfuerzos, al igual que el de la simple rodadura en tramos rectos, originan un desgaste prematuro en la zona central.
En un neumático con perfil cuadrado el de apoyo estará totalmente afectado. La moto no inclinará bien y esto maltratará la trayectoria en curva de esta.
Otros motivos por los que cambiar los neumáticos de tu moto
Por supuesto, otros motivos bastan para un cambio, aún si la rueda mantiene dibujo. Un llantazo puede haber deteriorado los flancos. Pueden haberse producido cortes. Igualmente habrá que desecharlo tras un “pinchazo” que haya rajado sus carcasas. Y si la moto ha estado parada largo tiempo, las gomas pueden haberse “endurecido” hasta quedar inservibles.