Cultura Motera

Motos café racer: origen de una cultura auténtica

8 minutos 04/11/2025

Para conocer el origen de las café racer hay que trasladarse a Londres a mediados del siglo pasado. Entre los jóvenes londinenses de entonces surgió un movimiento que mezclaba motos, “rock’n’roll”, cazadoras de cuero, velocidad y carreras ilegales. Y sus puntos de encuentro eran varios «cafés» situados a las afueras de la capital inglesa, que permanecían abiertos hasta bien avanzada la noche.

Motos café racer: origen de una cultura auténtica

¿Qué son las motos tipo café racer?

Durante la década de los 50 del siglo pasado, entre los jóvenes londinenses surgió un movimiento en contra de los viejos valores. Desde Estados Unidos llegaron los pantalones vaqueros, las cazadoras de cuero negras y el “rock’n’roll”. Y ellos los mezclaron con sus motos preparadas, los «coffee-bar« de la Carretera de Circunvalación Norte (North Circular Road) y el Club 59 o «Fifty Nine« situado al este de Londres. Así nacieron los Ton Up Boys y las Burn Ups. Los primeros eran unos chicos rebeldes, amantes de la música y del riesgo, que presumían de superar las 100 millas por hora (algo más de 160 km/h) a los mandos de sus motos. Las segundas eran las carreras ilegales que disputaban por las peligrosas calles y carreteras del entorno de Londres, casi siempre por la noche, cuando el tráfico era prácticamente inexistente.

Para ser un Ton Up Boy había que ser rebelde y no tener miedo (o por lo menos aparentarlo).

¿Cómo se preparaban las café racer para competir en las carreras ilegales en las que participaban?

Con la llegada de la primavera y el buen tiempo, aquellos “rockers” moteros se reunían al atardecer en varios «coffee-bar» que se localizaban en la London´s North Circular Road. Ataviados convenientemente con sus cazadoras de cuero, llegaban deseosos de velocidad y de sensaciones fuertes. Las motos que pilotaban habían sido transformadas con la intención de que fueran más rápidas y efectivas, sin pensar en la comodidad. Los Ton Up Boys parecían no conocer la palabra miedo.

La cazadora de cuero Perfecto de la firma Schott era «obligatoria» entre los Ton Up Boys más auténticos.

Características de las motos tipo café racer

La industria británica estaba en plena ebullición y fueron los años dorados para marcas como Triumph, Norton, BSA, Royal Enfield, Vincent o Matchless. Incluso surgieron firmas mestizas como Triton, Norvin, Tribsa, etc., que mezclaban motores de unas con chasis de otras. No eran motos muy caras, y se reparaban y preparaban en la parte de atrás de las casas o en los garajes particulares. Además de aligerarlas, lo más habitual era acoplarles unos semimanillares abrazados a las barras de la horquilla y unos estribos retrasados. Y, siempre pensando en que fueran veloces al máximo, utilizaban neumáticos de carretera.

Las Burn Ups llegaron a contar con auténticos especialistas. Las marcas inglesas y distintos preparadores supieron aprovechar el momento.

Uno de los lugares de reunión más míticos de los Ton Up Boys era el famoso Ace Cafe, fundado en 1938 y reconstruido tras la II Guerra Mundial. Se puede decir que era un área de servicio con gasolinera, bar, taller y lavado, montado en un principio para dar servicio a camioneros y de ahí que sus puertas estuviesen abiertas hasta bien entrada la noche. Además, el «Ace» no era el único «coffee-bar» por entonces y otros menos conocidos se sucedían a lo largo de la «London´s North Circular Road«. Así que no era raro que las Burn Ups se disputasen entre distintos “cafés” o también con salida y llegada en el mismo, con el reto en algunos casos de hacer un recorrido antes de que terminase la canción que sonaba en la «Juke Box» del bar y cuyo comienzo suponía el banderazo de salida.

El Club 59 o «Fifty Nine«, situado al este de Londres, era un primer punto de encuentro de los Ton Up Boys antes de entrar en acción.

Estas carreras ilegales se convirtieron en la clave para que las motos que participaban en ellas comenzasen a llamarse café racer, una denominación que se puede traducir como «corredoras de cafés». Los principales retos de esas motos eran el de alcanzar los 160 km/h y el de lograr medias superiores a 110 km/h, unas velocidades muy altas para la época, teniendo en cuenta el estado de las carreteras de entonces y las características de las máquinas. De ahí que a menudo se produjeran fatales accidentes, con la muerte como resultado, que daban lugar a multitudinarios funerales con largas filas de motos escoltando a los coches fúnebres que transportaban los restos mortales de los pilotos. Era el alto precio que había que pagar por un momento de gloria entre tipos muy duros y amantes del riesgo.

Muchos Ton Up Boys murieron en aquellos años. Los cortejos fúnebres con grupos de motos escoltando a los coches fúnebres eran habituales.

Las Burn Ups llegaron a ser muy populares en la década de los 60 del siglo pasado y algunas de ellas reunieron a mucho público, con actuaciones en directo de importantes grupos musicales, como unos jóvenes Beatles, que entonces daban sus primeros pasos. Las carreras ilegales eran un fenómeno social muy difícil de parar, que solo el declive de la industria británica de la motocicleta y una gran persecución policial fueron capaces de frenar.

Los conciertos de “rock´n´roll”  se compaginaban a la perfección con las reuniones de Ton Up Boys. En la foto, unos jóvenes Beatles en 1961.

El movimiento de los Ton Un Boys fue perdiendo fuerza a partir de 1970. La construcción de autopistas supuso el cierre de casi todos los «coffe-bar» y la limitación de velocidad a 70 millas/hora, puso en apuros a muchos de los que aún intentaban superar la barrera de las 100 millas/hora. De este modo, aunque ya muchos Ton Up Boys se habían pasado a las monturas japonesas, la llama de las Burn Ups se apagó definitivamente. Sin embargo, las café racer han perdurado y evolucionado en el tiempo, y hoy en día son motos dignas de admiración y disfrute. Aunque hay muchas más historias que contar, a grandes rasgos este fue el inicio de esta clase de motos, una tendencia que comenzó en la capital de Inglaterra y que rápidamente se extendió por todo el mundo.

La reuniones de amantes de las café racer siguen siendo habituales hoy en día en el Ace Cafe de Londres.

¿Siguen existiendo hoy en día motos de tipo café racer?

Aunque ya no abundan tanto como a mediados del siglo pasado, en la actualidad hay varias marcas de motos que siguen insistiendo con la idea y fabrican motos cuyo diseño está inspirado en las café racer de antaño. Como es lógico, son motos de estilo clásico, pero técnicamente y en cuanto a componentes, son modernas y se adaptan a la legislación vigente. La BSA Gold Star o la Royal Enfield Continental GT son dos modelos de carretera que nos trasladan al pasado y, al mismo tiempo, son perfectamente utilizables.

Royal Enfield Continental GT

Luego existen otras marcas que, sin haber tenido apenas presencia en la época de Ton Up Boys y las Burn Ups, actualmente sí que poseen modelos cuya estética recuerda a las café racer que en su día proliferaron en el área de Londres. Es el caso de la BMW R nineT Racer o la  Suzuki GSX-8TT. Curiosamente, la firma británica Triumph, que en los últimos años había puesto en el mercado modelos de estilo café racer como las Thruxton, en su catálogo actual no posee ninguna moto con este estilo.

BMW R nineT Racer   

Deja una respuesta

Volver arriba