Seas o no un incondicional entusiasta de la moto, tu caja de herramientas básica ha de contener una serie de elementos que te permitirán solucionar múltiples eventualidades por ti mismo.
Afortunadamente, atrás han quedado los tiempos en los que un motorista precavido iba acompañado en sus salidas de una bolsa más o menos grande de herramientas que le permitiera solventar imprevistos en caso de avería. Hoy todavía puedes hacerlo así si lo prefieres, pero la gran fiabilidad que ofrecen las motocicletas actuales, así como las posibilidades de asistencia inmediata de las compañías de seguros han ido ganando la partida a los problemas sorpresa de los motoristas.
Pese a todo, no está de más contar con una caja de herramientas básica que te permitirá solucionar por ti mismo problemas sin la importancia suficiente como para hacerte pasar por el taller. Sin olvidarnos que nadie conoce tu moto mejor que un mecánico del servicio oficial de la marca, por lo que debes dejar a los profesionales las tareas de reparación y calendario de mantenimiento. No hacerlo te ahorrará algo de dinero en un primer momento, pero te puede traer complicaciones mayores por no percatarte quizá de aspectos puntuales que sí saltan a la vista de un profesional.

Foto: Allen Allen | Flickr
Si nos fijamos en la composición de tu caja de herramientas básica, esta puede contener llaves fijas, regulables y de tipo “allen”. Con ellas podrás montar y desmontar accesorios, regular algunos parámetros como la altura de un parabrisas, la posición de un asiento o la de los espejos retrovisores, así como modificar la tensión de la cadena en la transmisión en la rueda trasera. Un juego completo de destornilladores también te permitirá realizar operaciones menores como sustituir una lámpara en el alumbrado.
Quizá uno de los elementos más útiles en tu garaje sea el cargador de baterías, que te permitirá controlar el nivel de ésta y ponerla a punto en caso de que pases largos periodos de tiempo sin usar tu moto. Un medidor de presión de neumáticos también es de gran utilidad en este último caso. Si cuentas con un compresor de aire propio, puede que te ahorres el paseo con presiones incorrectas hasta una gasolinera.
Una selección del amplio abanico de consumibles que se comercializan para motos también contribuirá a mantener la tuya en óptimas condiciones. Existe una amplia gama de productos de distintos fabricantes para el mantenimiento propio. Seguramente la marca de tu moto preconice el empleo de uno en particular, por lo que seguir las indicaciones a este respecto también contribuirá a un óptimo funcionamiento. Entre estos productos están los lubricantes para cadenas de transmisión, así como distintos productos de limpieza que mejorarán más aún la estética de tu moto.
Por las características de su motor, tu moto empleará un aceite de densidad específica. En caso de que tu motor consuma más aceite de lo habitual, tener un bote de 1 ó 2 litros a mano te permitirá mantener el nivel correcto de aceite en el cárter hasta que puedas dejar tu moto en manos de profesionales para revisar la causa de ello. Otros líquidos, como de los frenos y bomba de embrague, te servirán para regular niveles.
Por último, un kit reparador de pinchazos puede salvar más de una situación en carretera y lo mismo si te percatas de una pérdida excesiva de presión una vez hayas vuelto a casa y todavía debas llevar tu moto a un taller para la oportuna reparación. Un juego completo de lámparas también te permitirá sustituir cualquier apartado del alumbrado sin tener que trasladarte a un taller, siempre que ello no implique un complicado proceso de montaje.
Con todo esto, ya tienes lo básico. Ahora sólo te queda salir a la carretera y disfrutar de la ruta.
Foto de cabecera: Sho Hashimoto | Flickr