
¿Qué son el bar y el PSI?
Al comprobar las presiones de los neumáticos, lo más habitual es que estas utilicen una unidad de presión denominada bar, que se escribe en minúsculas porque es un sustantivo común. Un bar equivale a 100.000 pascales, siendo un poco menos de la presión atmosférica que hay en la Tierra al nivel del mar. Según la fórmula barométrica rigurosa, 1 bar es la presión atmosférica que existe a una altitud de 111 metros a 15º C. Otro dato interesante es que la presión atmosférica disminuye con la altitud, por lo que el aire se hace menos denso a medida que la altura aumenta, necesitándose más aire para inflar un neumático a la presión recomendada. Este aspecto se tiene muy en cuenta en competición, donde la presión de los neumáticos es muy importante, tanto como que un piloto puede ser penalizado si acaba una carrera con las presiones de los neumáticos por debajo de unos valores mínimos establecidos.

En 2004, el bar fue reconocido como una unidad de presión oficial por los países de la Unión Europea. Aunque muchos ya lo hacían antes, desde entonces todos los fabricantes de vehículos y neumáticos que comercializan sus productos en la UE indican las presiones recomendadas en bares. 1 bar es prácticamente igual a 1 kg/cm² (1,01972 para ser más exactos), por lo que existen medidores de presión analógicos que utilizan la misma escala para las dos cosas.
¿Cuál es la diferencia entre bar y PSI?
Sin embargo, no en todos los países se miden las presiones de los neumáticos en bares. En algunos, principalmente los de habla inglesa, la unidad de presión que se utiliza es el PSI (“Pound per Square Inch” o Libra por Pulgada Cuadrada), que representa la fuerza aplicada sobre una superficie de una pulgada cuadrada (1 pulgada equivale a 2,54 cm). De este modo, en Estados Unidos o el Reino Unido, por ejemplo, todavía existen fabricantes que indican las presiones en PSI. Por este motivo, no resulta del todo extraño que en estos países todavía existan medidores, tanto analógicos como digitales, que indican la presión en PSI y en bares, así como coches que hagan lo mismo en la instrumentación de sus tableros.
Cómo convertir bar a PSI y viceversa
En el caso de que se tengan que convertir bares en PSI o viceversa, hay que tener en cuenta que 1 bar equivale a 14,504 PSI. La siguiente tabla muestra de forma práctica la conversión de bar a PSI con los valores más habituales:
| bar | PSI |
| 1.0 | 14.5 |
| 1.5 | 21.8 |
| 2.0 | 29.0 |
| 2.5 | 36.3 |
| 3.0 | 43.5 |


¿Por qué es importante que los neumáticos estén inflados con las presiones correctas?
Circular con los neumáticos en buen estado y con las presiones adecuadas, contribuye a que la conducción sea más segura y fluida en todo momento. Si unos neumáticos están desgastados por el uso o caducados por el tiempo, la solución es sustituirlos por unos nuevos en un taller especializado. En cambio, si sus presiones son incorrectas, bastará con verificarlas en alguna estación de servicio provista de un buen manómetro y ajustarlas de acuerdo a las recomendadas por el fabricante del vehículo. Por tanto, es una tarea más sencilla, pero no menos importante, que puede ser realizada por la mayoría de las personas sin la necesidad de acudir a un taller.

Unas presiones inadecuadas también pueden influir en el rendimiento y comportamiento de un vehículo, especialmente si estas son más bajas que las recomendadas. Unos neumáticos con la presión baja pueden frenarlo y hacer que parezca más pesado, además de repercutir negativamente en su estabilidad. Con presiones bajas los neumáticos ruedan peor y ofrecen más rozamiento, lo que se traduce también en un mayor consumo de combustible.
Del mismo modo, si un neumático no está inflado con la presión correcta, su desgaste no será uniforme y se producirá de manera prematura. Un neumático con más presión de la recomendada tiende a desgastarse más por el centro, mientras que uno con la presión baja se desgastará más por los lados.

¿Se pueden variar las presiones dependiendo del tipo de superficie por la que se circula?
En ocasiones se puede jugar con las presiones para que el agarre de los neumáticos se adapte a las condiciones de la superficie sobre la que se circula. Por ejemplo, en vehículos todoterreno es posible elevar la presión por encima de la recomendada al circular sobre pistas muy duras con piedras sueltas. Por otro lado, se puede hacer lo contrario al transitar sobre superficies muy arenosas o para superar obstáculos. Si se hacen algunas de estas dos cosas, será importante volver a las presiones recomendadas una vez que el vehículo se vuelva a utilizar sobre asfalto en condiciones normales.

Si se circula sobre nieve, además de utilizar neumáticos de invierno, es aconsejable aumentar la presión recomendada unos 0,2 bares (3 PSI), especialmente si antes se ha medido en un lugar cálido. Hay que tener en cuenta que con el calor la presión aumenta y con el frío desciende.

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