Vive tu moto

Fases por las que todo motero pasa en su vida

5 minutos

Todo motorista evoluciona a la vez que el ser humano que lleva dentro. Hoy te contamos por qué fases pasa un motero a lo largo de su vida. ¿En qué fase estás tú?

una moto de perfil vista sobre el ocaso con una motera y su hijo alrededor
Fases por las que todo motero pasa en su vida

Las fases de un motero a lo largo de su vida pueden llegar a ser sorprendentes, así que aquí te contamos más o menos cómo irán llegando según vayas sumando kilómetros.

Si te apasiona la motocicleta y todo el universo que la rodea, es muy probable que mucho antes de poseer una ya soñases con ella. El ruido, el poder psicológico que confiere el acelerador o la magia del equilibrio en marcha son rasgos que consiguen cautivar desde la infancia a un futuro motorista.

Nace un motorista

Todo motorista de corazón recuerda su primera experiencia al manillar de una motocicleta. El momento de la puesta en marcha, engranar la velocidad o simplemente la sensación de girar muy lentamente el acelerador y comprobar cómo aumentan las vibraciones, el ruido y el pulso mientras recorres los primeros metros, son sensaciones inolvidables.

Tener la primera moto durante la adolescencia eleva el espíritu de una forma que solo el que lo experimenta sabría describir. Se aprende a entender el peso y la potencia, los frenos y el funcionamiento de las suspensiones. Cada día en moto es una nueva aventura, con caídas incluidas. Si aprendes rápido, irás sabiendo cómo evitarlas, sobre todo si practicas por caminos de tierra. Aquí hay que prestar especial atención. Las caídas en moto, aunque sean a poca velocidad, duelen un montón. Asume que caerse es una opción que ni siquiera se debe contemplar. Cuantas más caídas se tengan, más oportunidades habrá de hacerse daño de verdad.

 
 
 
 
 
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Viviendo tu moto

Cuando llevas un tiempo montando en moto y te gusta mucho, es muy probable que hayas mejorado notablemente tus habilidades para la conducción, pero no empecemos a felicitarnos todavía. Una falsa sensación de control y seguridad puede jugarte una mala pasada, y en esta etapa de tu vida como motorista, te enfrentarás a esta dura realidad. Es cierto que en este momento es probable tener una gran deportiva que nos haga expulsar adrenalina por las orejas con sus fantásticas prestaciones, pero para eso están las tandas en circuito. Las carreras en la calle suelen acabar en tragedia, eso es una realidad por muy buen piloto que creas ser o que pienses que “eso nunca te va a pasar a ti”. Para llegar a nuevos niveles de motorista, debes aprobar obligatoriamente esta asignatura de tu formación.

Entre los 20 y los 30 años vas en moto rápido,  te haces tus propias reparaciones, practicas motocross, viajas en moto de vacaciones y a los grandes premios de MotoGP, incluso sabiendo que al final del día vas a dormir seguramente en una tienda de campaña bajo la lluvia. Te quedas tirado en carretera sin gasolina, e incluso puede que salgas por la noche con ella de bar en bar; otro error. Sabes que en moto resultas súper vulnerable como conductor, y por la noche, aunque cada día existe una mayor concienciación respecto al alcohol, todavía puedes cruzarte con el coche equivocado. Pero te da igual, vuelves a casa al amanecer en moto si es lo que toca ese día.

Los veteranos saben disfrutar

A partir de los 30 años de edad, todos, o casi todos, se toman las cosas con mayor tranquilidad. Las carreras y las irresponsabilidades van quedando atrás, la moto sigue formando parte de tu vida, pero es ella la que está a tu servicio, y no al contrario, como hasta ahora. Aparte de la carretera, sabrás desde hace tiempo que prefieres el enduro al motocross y lo practicas con amigos en planes de moto mucho más refinados. Al mismo tiempo, en tu garaje hace tiempo que hay más de una moto.

A partir de los 40, tienes años de experiencia motorista, y sigues de una pieza, enhorabuena. Tus gustos han vuelto a cambiar. Vives más tranquilo aún y el enduro ha dejado paso a las excursiones por caminos y te compras una moto de trial para volver a tus primeros años con las motos de los padres de tus amigos. Sigues saliendo por carretera, pero ya no te metes grandes palizas en moto. Si lo haces será en una sport turismo para disfrutar del camino y el destino. La compañía la eliges tú. Si tienes más de 50 años y eres un verdadero motorista, todavía sentirás la misma emoción que sentías cuando apenas eras un adolescente, justo antes de poner en marcha tu moto.

Al mismo tiempo, la moto es libertad y los estereotipos están para romperlos. En moto puedes parecerte más o menos a lo que te hemos descrito, pero si amas de verdad la vida en moto encontrarás tu propia forma de disfrutarla. Da igual si viajas a Cabo Norte o te diviertes en un óvalo de arena sobre una moto infantil, estarás haciendo exactamente lo que más te apetece hacer en ese momento. Seguro que es una buena señal.

 
 
 
 
 
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