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El casco de moto más rápido del planeta no sirve de nada si no encaja en el piloto de forma correcta. Por eso, es indispensable, a la hora de seleccionar el elemento protector más importante para nuestros desplazamientos sobre dos ruedas, que tengamos en mente una serie de consideraciones.
Seleccionando nuestro casco
Más allá de los diseños, más o menos llamativos, hay muchas variables que nos pueden hacer decantarnos por un tipo de casco u otro, pero sin duda la más importante debe ser siempre la seguridad. Para tener todas las garantías, es imprescindible que el casco cuente con la homologación adecuada.
La primera variable es el tipo de casco, donde encontramos los integrales, los abatibles o modulares, los jet y los de motocross, si bien hay algunas marcas que ofrecen alguna otra variante. La recomendación es que siempre elijas uno de los dos primeros. Aunque un casco tipo jet puede ser más cómodo en verano, la falta de protección, sobre todo en la zona de la barbilla, no compensa ese incremento de comodidad que además solo notaremos en los días más calurosos.
Elijamos el que elijamos, es imprescindible que la talla sea la correcta. Para esto lo mejor es probarnos el casco en una tienda, ya que, como sucede con el calzado o la ropa, cada fabricante suele tener ligeras variaciones de tamaños o formas respecto a la talla real. También es cierto que algunas páginas web ofrecen un servicio de cambio de talla o devolución gratuitas, aunque siempre será mejor probarse el modelo que queramos en una tienda antes de tomar cualquier decisión.
¿Cómo sabemos que un casco nos va bien de talla? Pues es sencillo, con el casco puesto y bien abrochado este no debe moverse sobre la cabeza ni apretarnos en ningún punto de manera exagerada. Trataremos de mover el casco en todas las direcciones y este no debería variar de posición. En caso de impacto, un casco que quede holgado puede llegar a salirse o moverse. Hay que tener en cuenta que con el uso el casco se adaptará algo a nuestras formas, por lo que si dudamos entre dos tallas es mejor seleccionar la más pequeña.
Peso y material
Según el uso que le demos a nuestra montura, el peso del casco puede ser un factor muy a tener en cuenta. Si tan solo nos desplazamos unos pocos minutos, o no alcanzamos grandes velocidades, no importará tanto, pero si pensamos estar horas sobre la moto, o circular por autopista, es importante contar con un casco lo más ligero posible para evitar cargar el cuello.
El material de la calota (la parte exterior del casco) suele influir bastante en el peso de este. Podemos encontrar cascos realizados en policarbonato, en resinas o en fibras. Todos los modelos homologados han pasado las mismas pruebas, pero lo ideal sería seleccionar siempre un casco de fibras, ya sean de vidrio, carbono o multifibras. Esto dotará al casco de la mayor seguridad y ligereza.
Ventilación y pantalla
Es indispensable que el casco cuente con una ventilación eficaz tanto en pantalla como en la parte superior. Los cascos de primeras marcas, como Shoei, se testean durante horas para lograr que la entrada de aire sea lo más eficiente posible, ventilando el interior del casco y pantalla.
Cada marca posee sus propias pantallas y la mayoría de ellas cuentan ya con soporte para el “pinlock” ya sea en su versión normal o máxima visión, para evitar el empañamiento con bajas temperaturas. Es interesante también que cuenten con superficie anti arañazos.
Encontramos también pantallas con diferentes grados de tintado o ahumado, pero estas solo son recomendables para su uso diurno. Por eso, si elegimos una pantalla de estas características, suele ser interesante que nuestro casco posea un sistema de cambio de pantalla rápido, algunas ¡con un solo dedo!
Además, también podemos encontrar modelos que poseen una pantalla solar interior que se puede desplegar fácilmente.
Cierre, interiores y accesorios
El cierre del casco es un elemento de seguridad muy importante. La recomendación es siempre buscar un cierre de doble D, o, como mínimo, cierre micrométrico. Esto nos asegurará siempre un ajuste perfecto.
Es recomendable que el interior del casco sea extraíble y lavable, así como que esté confeccionado con tejidos hipo-alergénicos. No está de más si cuenta con naricera o barbillera extraíbles.
Hay modelos que permiten la instalación de intercomunicadores o con una zona habilitada para introducir las patillas de unas gafas sin afectar a la comodidad.
Aerodinámica
Tal vez en ciudad no la notes, pero si sales a la carretera o al circuito con tu casco, una cuidada aerodinámica te otorgará algunas ventajas.
La primera es reducir el ruido. Los cascos tienen una serie de puntos críticos a la hora de generarlos. La calota, la pantalla y los puntos de ventilación son los lugares que requieren de un complejo estudio para minimizar los ruidos.
La segunda es la ventilación. Las tomas de aire deben ser correctamente colocadas, al igual que los conductos interiores y los orificios de salida. De nada sirve tener un sistema de ventilación si a este no le entra el aire correctamente.
La tercera y no menos importante es el propio efecto del casco al moverse a gran velocidad. En MotoGP vemos que los cascos suelen contar con añadidos aerodinámicos que se adaptan perfectamente al contorno generado por la cúpula de la moto y la joroba del mono del piloto para acabar la línea en el colín de la moto.
Puede parecer mentira, pero un casco puede llegar a generar muchísima resistencia al avance o movimientos no deseados, y deberá ser nuestro cuello quien compense esas fuerzas. Nuestras cervicales agradecerán un casco con buena aerodinámica.
A tu gusto
Sin duda la variedad de cascos que encontramos en el mercado puede ser abrumadora. Así que lo mejor es que busques la marca y modelo que mejor te encaje y te decidas entonces entre las diferentes opciones de decoración que encontrarás.
Ya sea un casco monocolor o una de las réplicas de Marc Márquez, tu cabeza irá siempre bien protegida.