Testigos del coche: significado, importancia y cómo actuar

Qué tiempos aquellos en los que la instrumentación del coche se limitaba a cuatro relojes y poco más: velocímetro, quizás cuentarevoluciones, temperatura del agua, nivel de batería… y poco más. Y conducíamos la mar de despreocupados, confiando en la fiabilidad de nuestro coche.

En la actualidad, la avanzada tecnología que equipan los automóviles, desde el más básico hasta el modelo premium más destacado, permite tener bajo control en todo momento el funcionamiento de nuestro vehículo. Todo el sistema de testigos y alertas que se despliega en las pantallas de instrumentación e infoentretenimiento nos permite estar en comunicación permanente con el vehículo, estableciéndose una relación constante entre hombre y máquina.

Estos testigos se activan para ofrecernos la más variada información, desde una revisión completa del sistema antes de ponernos en marcha, para confirmar que están operativos los diferentes sistemas ADAS de nuestro coche (airbags, ABS, ESP, etc.), y una vez en marcha nos ofrecen información de forma continuada: los sistemas que controlan las señales de tráfico nos advierten si superamos el límite de velocidad, el radar nos indica la aproximación de otros vehículos por los ángulos muertos, la excesiva proximidad con el vehículo que nos precede, nos avisa de los límites a la hora de realizar un aparcamiento…

De hecho, los testigos luminosos del coche han dejado de situarse exclusivamente en la consola del habitáculo, frente al volante, y ya los encontramos en otras zonas del coche, como los intermitentes (control de ángulos muertos) o la pantalla de infoentretenimiento, e incluso proyectados sobre el parabrisas, para que no tengamos que desviar la vista de la carretera.

¿Qué son los testigos del coche y para qué sirven?

Centrándonos exclusivamente en los testigos luminosos, podemos definirlos como pequeños pictogramas que alertan al conductor sobre el estado y funcionamiento de distintos sistemas del vehículo. Tienen diferentes colores y significado, y como decíamos anteriormente, pueden comunicar una simple activación de una función (el intermitente, por ejemplo), hasta fallos graves de funcionamiento que requieren inmovilizar el automóvil de inmediato.

Clasificación de los testigos del coche según su color

Para facilitar el conocimiento y la comprensión del nivel de alerta del que informa el testigo luminoso, se ha empleado el mismo sistema cromático que conocemos en otros elementos de la circulación, como los semáforos, el ya familiar rojo-amarillo-verde.

De mayor a menor alerta, los colores nos indican lo siguiente:

• Verde/Azul (forma parte de la misma gama cromática de colores fríos): nos ofrece información una función activa, o la confirmación de que esta se encuentra operativa.
• Amarillo: advierte de fallo menor, o una situación que requiere una próxima revisión.
• Rojo: refleja un peligro o fallo grave, y nos conmina a detener el vehículo en cuanto sea posible.

Testigos verdes, azules y blancos

Este tipo de testigos no indican la presencia de una avería, sólo informan de sistemas que se encuentran activos:

• Luces largas (azul): indican que las luces de carretera están encendidas.
• Luces de posición o de cruce (verde): indican que la luz de posición o la de cruce está activada.
• Intermitentes (verde): confirma que uno de los intermitentes está funcionando, y cuando se activa la luz de emergencia (warning) se enciende el testigo de los dos intermitentes de forma simultánea.
• Control de crucero: se enciende cuando el regulador de velocidad está activado.

Testigos amarillos o naranjas

Este tipo de testigos recomiendan realizar una próxima revisión, y se puede continuar circulando sin mayor problema.

• Comprobación del motor: se activa al poner el contacto, es el conocido «check engine», que monitoriza el motor e indica la existencia de posibles fallos en el sistema de emisiones, inyección o encendido. Cuando detecta un fallo es necesario pasar por el taller para un adecuado diagnóstico ante la previsión de una posible avería.
• ABS: Señaliza problemas en el sistema antibloqueo de frenos. Esto no impide que el equipo de frenada sigue funcionando, pero ya sin la asistencia del ABS.
• Presión de neumáticos: se representa con icono de una rueda con un signo de exclamación, e indica una alerta sobre presión incorrecta de uno o varios neumáticos del vehículo.
• Filtro de partículas (DPF): se ilumina cuando el filtro está parcialmente colapsado por uso urbano.

Testigos rojos

Cuando aparece uno de estos testigos luminosos nos encontramos en una situación que puede ser grave o crítica. Lo recomendable es detener el vehículo lo antes posible para evitar un accidente o daños de gravedad.

• Fallo en el sistema de frenos: se representa con un círculo y un signo de exclamación. Indica mal funcionamiento del sistema o desgaste extremo de pastillas de freno. Hay que pararse y enviar el coche a un taller para una completa revisión de los frenos.
• Presión de aceite baja: el icono de una aceitera advierte de baja presión, lo que reduce la lubricación y puede dañar el motor. También es necesario detenerse lo antes posible para evitar una avería grave en el motor.
• Batería: representado por el icono de una batería, informa de avería en el sistema de carga, con el riesgo que ello supone de quedarse sin electricidad en el coche, lo que impediría ponerlo en marcha, por ejemplo.
• Airbag: se representa con una figura sentada con un círculo frente al torso, e indica un fallo potencial en el sistema de airbags, lo que compromete la protección en caso de accidente.

Otros testigos

Además de los colores fundamentales de los testigos luminosos, el incremento en el número de sistemas de seguridad y alertas variadas de los automóviles ha llevado a incorporar otra serie de símbolos adicionales relacionados en la mayoría de los casos con algunos sistemas ADAS.

• Pre colisión: alerta sobre problemas en el sistema de frenado autónomo de emergencia, o de una reducida distancia con el vehículo precedente que podría llevar a una colisión en caso de frenada brusca.
• Dirección asistida: indica un fallo en la dirección electrónica, lo que puede dificultar la maniobrabilidad del vehículo.
• Sensores de aparcamiento y cámara: advierte de la presencia suciedad en los sensores de aparcamiento o en las cámaras, o un fallo momentáneo provocado por condiciones externas (barro, nieve acumulada, etc.).

¿Qué hacer si se enciende un testigo luminoso?

Nuestra actuación depende del color del testigo que se enciente. Lógicamente, si es un testigo rojo nos advierte de la gravedad de la situación, y por tanto hay que intentar detener el vehículo de una forma segura, apartarlo de la vía, y llamar al servicio de asistencia.

Si el color del testigo es amarillo, simplemente se trata de una alerta de revisión. Puedes circular con tranquilidad y cumplir con la actuación que marque el correspondiente testigo.

Cuando el testigo es verde o azul, su intervención es meramente informativa, una confirmación de que el sistema, sea cual sea, está actuando.

Es conveniente consulta siempre el manual de tu vehículo cuando te subes a él por primera vez, para familiarizarte con todos los elementos de su equipamiento, y más ahora, cuando los coches llegan con un amplio equipamiento y los más variados sistemas de seguridad y alerta. Merece la pena dedicarle unos minutos a un repaso generalizado de todos los indicadores.