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Qué pedirle a tu tubo de escape

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El tubo de escape es un gran tema. Vamos a repasar un poco algunas cosas que hay que tener en cuenta.

Tubo de escape RC213V
Qué pedirle a tu tubo de escape

Primera pregunta: ¿el tubo de escape lo quieres para competición -o tandas en circuito-, o para tu moto de calle? Los escapes especiales –en su mayoría deportivos- que puedes encontrar en los comercios responden básicamente a estas dos exigencias, así que asegúrate de no montar en tu moto de calle uno de carreras. O, cuanto menos, de no desmontar el “dB killer”, un tapón de rendimiento a menudo discreto que puede “homologar” un escape abierto para poder ser usado por la calle sin multas.

¿Por qué? Pues, simplemente, porque no es nada seguro, al contrario, que tu moto gane prestaciones a cambio de ruido. Y el ruido no son caballos, sino un “d-efecto” que afecta decisivamente a la imagen social de todo el colectivo motero.

Foto: Pexels

Piensa que el escape de un motor de una moto está configurado de manera óptima a su termodinámica interna (diseño de culata, válvulas, distribución, árboles de levas…) y, sobre todo, a su alimentación, y ello incluye hoy en día no sólo la admisión, la inyección, y el propio escape, sino algo todavía más importante, la electrónica que, a través de la ECU, es el verdadero cerebro de la gestión de tu motor.

Añade a ello que las motos actuales disponen de grandes posibilidades de regulación del funcionamiento del motor, las que cambian los “mapas” del motor (Sport, Racing, Urban o Rain, por ejemplo) que afectan a su respuesta al acelerador –en muchas, por potenciómetro “ride by wire”, nada de cables de gas-, y a su potencia máxima. En definitiva, todos estos parámetros interactúan de tal manera que un cambio en el escape puede no convenir y “desconfigurar” una puesta a punto cuidadosamente bien escogida de fábrica.

Foto: Pixabay

Piensa que “mil ingenieros japoneses no suelen equivocarse”. Para llegar a definir un tubo de escape que cumpla la Directiva 2005/30/CE, se han hecho mil pruebas no sólo en el banco de potencia para conseguir más o menos caballos gas a fondo, sino también para conseguir la mejor respuesta al acelerador, evitando titubeos y vacíos, ¡en toda la gama de revoluciones!

La realidad, y puedes acudir a comparativas serias para comprobarlo, salvo que se realice un cuidadoso ajuste de la “electrónica”, un simple cambio de cola de escape por una más abierta y ruidosa –y más si se elimina el catalizador- no suele ofrecer mejores prestaciones, y a menudo empeora en realidad la respuesta del motor. Las únicas ventajas suelen ser un peso menor, un “look” más racing… Y mucho más ruido.

 

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