
¿Qué importancia tiene el odómetro de una moto?
Lo más habitual en la instrumentación de las motos modernas es que, además de un odómetro principal que acumule el total de los kilómetros recorridos, cuenten con uno o dos odómetros parciales (suelen aparecer como “trip 1” y “trip 2”). La principal diferencia entre un odómetro total y uno parcial es que el primero indica una cifra que no puede ser modificada de manera sencilla (y legal), y el segundo permite que su contador se ponga a cero manipulando un mando o pulsando un botón. Esto último dependerá si es el funcionamiento es mecánico o electrónico.

Curiosamente la palabra odómetro proviene del griego. Surgió de unir “odos” (camino) con “metron” (medida).
¿Para qué sirve el odómetro?
En el caso del odómetro principal, su función es la de contabilizar todos los kilómetros que recorre una moto e ir acumulándolos. De este modo, además de para saber cuál es el total de kilómetros que tiene en su haber, también viene bien para conocer, entre otros, cuántos kilómetros ha recorrido desde la última revisión o desde que se le montaron los neumáticos nuevos, y también en un periodo de tiempo como puede ser un año.
El odómetro parcial puede servir para algunas de las cosas citadas anteriormente, pero es más apropiado para controlar otras cosas. Lo más habitual es que se utilice para controlar el consumo de gasolina y los kilómetros que se recorren con un depósito, poniéndolo a cero tras los repostajes. También se puede utilizar para medir una distancia de un punto a otro, o para saber los kilómetros que se recorren durante un viaje.

En el caso de que la moto disponga de dos odómetros parciales (suelen aparecer como “trip 1” y “trip 2”), como ocurre en muchas motos modernas provistas con instrumentaciones electrónicas con pantallas digitales, se pueden repartir las funciones entre los dos. Así, por ejemplo, el “trip 1” se puede utilizar solo para controlar los kilómetros que se recorren entre un repostaje y el siguiente, y el segundo para medir distancias, tanto cortas, como largas. Además de para viajes, puede venir muy bien si la moto es utilizada para trabajar y hay que facturar por el kilometraje recorrido con ella durante un trabajo. También es cierto que el uso del odómetro u odómetros parciales depende de cada usuario y cada uno puede utilizarlos como desee.

¿Cuántos tipos de odómetros hay y cómo funcionan?
Se puede decir que hasta mediada la década de los 90 del siglo pasado, todas las motos montaban velocímetros mecánicos, que mediante engranajes y un cable de acero denominado sirga, además de indicar la velocidad, contabilizaban los kilómetros recorridos. En un principio, solo poseían un odómetro o contador que registraba el total de los kilómetros. Para ver las primeras motos que en su velocímetro incluían, además, un odómetro parcial, hubo que esperar a finales de los años 60.

Poco a poco esta solución se fue extendiendo y así fue hasta mediada la década de los 90, cuando los odómetros mecánicos comenzaron a ser sustituidos por los primeros odómetros electrónicos o digitales.
Los odómetros electrónicos miden la distancia recorrida mediante un sensor y un chip informático, y muestran las cifras totales o parciales en pantallas digitales. A diferencia de los odómetros mecánicos, que utilizan el giro de alguna de las ruedas para hacer las mediciones, los odómetros electrónicos suelen montar el sensor a la salida del eje secundario del cambio, junto al piñón de ataque.

Aunque las instrumentaciones electrónicas son más modernas y precisas que las mecánicas y, por lo general, indican mejor la velocidad y contabilizan mejor los kilómetros, se les puede criticar en algún aspecto. Por lo general, en ellas no se puede visualizar el odómetro total y el parcial al mismo tiempo, algo que sí es posible en las instrumentaciones mecánicas, en las que ambos se pueden ver a la vez en el fondo de una misma esfera.
¿Qué ocurre si se manipula el odómetro principal para modificar el kilometraje que indica?
Antiguamente podía ocurrir que al comprar una moto de segunda mano, tuviese más kilómetros reales que los que reflejaba su odómetro. Especialmente en los velocímetros mecánicos era posible manipular con cierta facilidad el odómetro principal para quitarle kilómetros. Así era más fácil atraer a posibles compradores y se podía fijar un precio de venta mayor.

Sin embargo, hoy en día es más difícil modificar el kilometraje sin que se note. Por un lado, es posible que aunque se quiten kilómetros del odómetro, el kilometraje real quede registrado en alguno de los dispositivos de la moto, como puede ser el EDR (Event Data recorder). Por otro lado, al pasar la ITV, los kilómetros se anotan en el permiso de circulación, por lo que a partir de los cuatro años, desde que una moto pasa la primera inspección, es muy difícil que la maniobra de quitarle kilómetros pase desapercibida.
Por otro lado, manipular los kilómetros de un vehículo es una estafa que puede acarrear penas de prisión que oscilan entre 6 meses y 6 años, además de posibles multas, según el artículo 248 del Código Penal español. La gravedad de la pena puede variar en función de factores como el importe defraudado, el quebranto económico causado al comprador y otra serie de agravantes que pueden aumentar la pena de cárcel hasta los 6 años citados.

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