Tunear o no tunear tu moto, una pregunta muy seria

La Real Academia Española de la lengua dice que tunear viene del inglés, «tune up», y que significa literalmente «afinar, ajustar». Pero, ¿estás seguro de que si tuneas tu moto vas afinar o ajustar lo que toques?

Si las carreras nacieron en el momento en que se construyó la segunda motocicleta, la preparación en busca de mayor rendimiento comenzó desde la primera. Mejorar las prestaciones de una moto es algo que ha pasado por la cabeza de cualquier motorista. Sea en la parte ciclo o motriz, el montaje de un mero accesorio puede estrictamente considerarse una preparación, pero para que ésta se gane definitivamente esa definición hay que ir un poco más allá.

Hace ya casi dos décadas, las normas para el control de homologación no estaban tan desarrolladas como lo están ahora. En la actualidad la seguridad vial es un factor muy importante y por el cual la población está mucho más concienciada. Antes al abrigo de la estética de serie, se aumentaba la cilindrada de un ciclomotor de 49cc a 65 ó 74 cc, lo que suponía saltar de los estrictos 45 km/h de serie a unos estimulantes 90 ó 95 km/h. Pero la mayoría seguía usando los mismos frenos, y sólo los más “responsables” montaban tambores de doble leva.

En ciclomotores o motos de mayor cilindrada, preparaciones motrices requerían entonces y ahora una concienzuda puesta a punto. Recuerda, todavía estamos en tiempos de carburadores. Las preparaciones sobre mecánicas de cuatro tiempos para motos de gran cilindrada se reducían a menudo al sistema de escape. Seguramente hayas visto alguna vez una súper deportiva acelerando en la calle mientras iban sucesivamente saltando las alarmas de los coches aparcados. La Ley se puso más dura con el paso del tiempo. Los controles de niveles de ruido podían acarrearte una visita forzosa al centro de mediciones de tu ayuntamiento, y llegó un momento en que no tener la ITV al día podía suponer, además de la multa, la inmovilización inmediata.

Todo esto, unido al avance de la tecnología, ha hecho que las preparaciones sean mucho más restrictivas en los tiempos que corren. No se trata sólo de las multas, sino que la irrupción de la electrónica ha confinado las preparaciones exclusivamente a manos expertas. Hoy en día hay accesorios para preparar el motor de cualquier moto, pero la sustitución de un escape, por ejemplo, conlleva un obligado ajuste electrónico en el mapa de encendido. Seguramente adquieras el software necesario, pero para comprobar con exactitud la ganancia de potencia, o si realmente esta se está produciendo –que puede ser que no, aunque suene más “racing”-, tendrás que subir tu moto a un banco de potencia para que sean los números los que hablen.

Lo que sí ha subido como la espuma es la posibilidad de realizar una buena preparación de la parte ciclo, con suspensiones, frenos y todo tipo de accesorios; estribos, carenados, manillares, manetas, llantas y neumáticos que mejorarán su experiencia al manillar de tu moto de forma instantánea. En este caso sí podrás montar tú mismo algún accesorio, pero como en el caso de los motores, es mucho mejor que sea un profesional el que se encargue de ello. Tampoco te puedes olvidar de otro pequeño factor. Si montas un escape u otro accesorio detectable a la hora de pasar la ITV, es mejor que conserves el original para cuando llegue ese momento. Si no, te verás atrapado por la situación.

Antes de finalizar, hay que romper una lanza por el sentido común. Está muy bien mejorar las prestaciones de tu máquina con accesorios y espacios de carga homologados que harán tu vida mucho más cómoda. Las preparaciones estéticas tienen su lógica. A fin de cuentas la mayoría piensa que “sobre gustos, no hay nada escrito”. Pero si nos internamos en el universo del rendimiento motriz, el comportamiento dinámico y otros apartados que muchos tienen la tentación de modificar en sus motos, esos deben recordar que un modelo de serie es el resultado del ingente trabajo de cientos de ingenieros que, si individualmente te dan mil vueltas en formación científica, imagina el conocimiento técnico que suman en su totalidad.

Foto cabecera: Repsol