La vida en los circuitos poco a poco va acercándose a la que conocíamos antes de la llegada de la pandemia del Covid-19, aunque las restricciones derivadas de la misma han hecho un poco más complicado el trabajo de organizar el paddock de MotoGP. Con aproximadamente unas 3.000 personas entre pilotos, equipos, personal de empresas auxiliares, organización, periodistas, invitados… el paddock es una pequeña ciudad que requiere una compleja organización. De ella se encarga el IRTA –la asociación de equipos–, entidad encargada de dar forma al paddock, distribuyendo el espacio disponible para cada equipo y controlando el acceso a esta ciudad ambulante.
Para entrar en un circuito, es necesario contar con el correspondiente pase (o acreditación). Se distinguen dos tipos de pase: el permanente, válido para todo el año; y las acreditaciones para una prueba determinada. También hay diferentes niveles de acceso a diferentes áreas dentro de cada tipo de pase, en función del trabajo que se vaya a realizar en un Gran Premio.
Cuando los aficionados más madrugadores llegan al circuito el jueves o el viernes, el montaje del paddock está completado. Los camiones relucen y los hospitalities y demás carpas instaladas presentan una imagen impresionante. Todo se organiza desde el miércoles. La noche anterior, muchos camiones de equipos ya aguardan a que se abran las puertas a las ocho de la mañana para ir a su emplazamiento, que ha sido determinado por IRTA. Son casi 300 vehículos, lo que podría provocar un verdadero caos si no hubiera una logística bien preparada. Por eso, a los más madrugadores les permiten aparcar dentro del recinto del circuito en la tarde del martes, para evitar atascos en las inmediaciones.
Los primeros que acceden son los vehículos de MotoGP, los camiones de los equipos y los hospitalities, que además son los más numerosos, y posteriormente entran los de Moto2 y Moto3. También los motorhomes de los pilotos, que cada vez son menos abundantes debido a las limitaciones de espacio. En el pasado había muchísimos más, pero ahora, tanto equipos, organización, televisiones, etc, requieren mucho más espacio y muchos pilotos ya no pueden llevar su propia caravana. En cambio, tienen la opción de los camiones de GP Rooms, empresa que ofrece una habitación amplia y espaciosa para descansar y tener intimidad, y se encarga de llevar sus cosas de circuito en circuito.
IRTA cuenta con personal dedicado a cada función. Uno de sus miembros regula el acceso al paddock, otros dos se encargan de asistir a los camiones, y otro atiende a los motorhomes. La distribución del espacio depende en gran medida de las dimensiones del circuito, y no hay dos pistas iguales. Lógicamente, MotoGP es la joya de la corona y la que recibe mayor espacio, asignándose a cada piloto un box y a cada equipo un espacio para instalar su hospitality, mientras que los equipos de Moto2 y Moto3 acomodan a sus pilotos en un único box. En función del número de boxes que tenga cada circuito, IRTA monta unas carpas en la paddock para alojar a los pilotos de Moto2 y Moto3 que no tengan cabida en el edificio de boxes, con lo que a la hora de distribuir los espacios del paddock también se tiene que tener en cuenta la capacidad de los boxes.
La clasificación a partir de la primera carrera determina quién tiene box y quien no, lo que redunda a la hora de trabajar. Por ejemplo, Sachsenring, con unas instalaciones reducidas y un paddock muy pequeño, puede resultar uno de los circuitos más incómodos para trabajar.
Superficies y tamaños
Por lo general, suelen colocarse a los equipos que pertenecen al mismo fabricante en espacios contiguos, para facilitar la labor de los equipos técnicos. En el paddock, la superficie que pueden ocupar los hospitalities está limitada a 115 m2 en el caso de MotoGP, 100 m2 en Moto2 y 80 m2 en Moto3, por eso en los últimos años, para ganar espacio, hemos visto como muchos hospitalities han comenzado a crecer hacia arriba, alcanzando un tamaño espectacular. No obstante, IRTA suele ser flexible con el espacio para una feliz convivencia vecinal, y los equipos, por lo general, suelen mantener sus estructuras durante varias temporadas, para amortizar su coste, porque no es nada barato poner en pie una «carpa» de esas dimensiones.
Dorna también instala una amplia oficina portátil en el corazón del paddock, junto al edificio de control. Es sin duda la instalación más amplia de MotoGP, donde tiene cabida el equipo directivo, todos los departamentos correspondientes, personal de comunicación y mantenimiento, etc. También hay un espacio destinado a la Clinica Mobile junto al hospital del circuito, en el punto de mejor acceso.
Cuando ya están todos en su sitio, llega la tarea del montaje. Los equipos emplean entre seis y ocho horas, dependiendo del tamaño y la complejidad, en montar el box y el hospitality. Y cuando han acabado, tienen que limpiar los camiones, porque es obligatorio que luzcan impecables, y son sometidos a una intensa labor de limpieza para que reluzca desde la llegada de los primeros aficionados, invitados y retransmisiones de televisión.
Etiqueta
Por supuesto, hay una serie de normas de comportamiento que se deben cumplir. Por ejemplo, el ruido. Pasadas las 9 de la noche no se pueden arrancar motores en el paddock, y si un equipo necesita hacerlo lo debe hacer en el pit lane, pero nunca pasada la medianoche. De hecho, no se puede hacer ruido de 12 de la noche a 8 de la mañana del día siguiente. Esto se aplica también a las fiestas. En ocasiones, los equipos agasajan a sus invitados con cenas o celebraciones, pero se impone el silencio general a las 12 de la noche.
Hay una serie de normativas de etiqueta, por decirlo de algún modo: no se puede circular sin camiseta; se prohíbe el uso de artículos de recreo como piscinas de plástico, o tender la ropa; no se permite el acceso de animales; no se puede cocinar ni comer fuera de las áreas destinadas a ello (hospitality), ni circular bebiendo alcohol. A los pilotos se les exige pantalón largo cuando acuden a las ruedas de prensa oficiales, y en alguna ocasión se ha dado la anécdota de que alguien le ha tenido que prestar un pantalón largo a un piloto porque este había llegado en shorts… Cosas que pasan.