Cultura Motera

Circuito de Calafat. Un circuito mítico

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La historia del Circuito de Calafat da para escribir un guión y hacer una serie con todas las aventuras que ha vivido el circuito. Aquí os las contamos

Circuito de Calafat
Circuito de Calafat. Un circuito mítico

La historia del Circuito de Calafat ha vivido episodios verdaderamente rocambolescos.

Situado en l’Ametlla de Mar, apenas a una treintena de kilómetros de Tarragona, fue el segundo circuito permanente español.

Tras la inauguración del Circuito del Jarama en 1967, hubo que esperar a 1974 para disponer, con “Calafat”, de una nueva pista permanente.

Diseñado y financiado por el Sr. Jordi Xiol junto a la suma de muchas pequeñas aportaciones de aficionados catalanes al deporte del motor, tuvo un coste inicial de 30 millones de pesetas (180.000€).

Su primer trazado tuvo una longitud de 2.550m.

Sin embargo, su privilegiada situación fue a la vez su gracia y su infortunio.

Circuito de Calafat 1981

Aunque a un tiro de piedra de la Central Nuclear de Vandellós, su trazado se sitúa también a 1 minuto de la Urbanización Calafat, un enclave privilegiado en el centro de la Costa Dorada.

Un abogado barcelonés, Ramón María Veciana, consiguió su paralización administrativa alegando que el ruido de los vehículos alteraba su descanso dominical.

De esta manera, el circuito de Calafat estuvo paralizado la mitad de sus primeros casi 10 años de vida.

Al demostrarse que el ruido que durante las competiciones llegaba hasta el domicilio del demandante no superaba el de un ciclomotor circulando por la vecina carretera general, el “Circuito del Mar” reabrió en 1976.

Sin embargo, en 1982 se cerró de nuevo, esta vez al sentenciarse que se hallaba construido sobre terrenos de calificación rústica.

Este estado pudo cambiarse a “zona de equipamiento” al pasar la titularidad del mismo al Ayuntamiento de l’Ametlla de Mar.

Foto: Cingleres | Wikimedia

Se salvó así al único circuito catalán del momento. En 1978, la Generalitat de Catalunya asumió la ampliación y modernización de su trazado hasta el actual de 3.250 m. Fue entonces cuando se añadieron el “ángulo de la escuela” y la curva “parabólica”.

Aquellas secciones dieron todavía más picante a un revirado circuito cuyo final de recta, en curva ciega y bajada que termina en un ángulo agudo, es realmente pavoroso.

En estos momentos la pista tarraconense no cuenta con la homologación pertinente de la RFME para la disputa de competiciones de ámbito nacional.

Sí dispone de la correspondiente de la Federación Catalana, y es un escenario perfecto para carreras locales, tandas para aficionados, training camps, cursillos de conducción y presentaciones de nuevos modelos a prensa.

Es cierto que es uno de los trazados más cortos actualmente disponibles para la práctica del motociclismo deportivo.

No obstante, “la pista del Mar” es una de los más difíciles: su final de recta es solo para valientes. Las numerosas frenadas en curva y los virajes enlazados -como sus famosas “esses de Calafat”- lo convierten en un verdadero circuito escuela.

Es difícil encontrar una instalación donde aprender de mejor manera la técnica para dominar circuitos de estilo “stop and go”: llenos de frenadas durísimas y aceleraciones desde curvas cerradas.

Con un ancho de pista de 10 m, sus 9 curvas a derechas, sus 7 a izquierdas y su recta de 600 m, dibujan un trazado único: sinuoso, muy divertido y de los más técnicos y físicos de España.

Foto de cabecera: circuitcalafat.com

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