Vive tu moto

Lo que tienes que saber si vas a compartir tu afición motera con tu hijo

¿Qué hacer si tu hijo te pide una moto? ¿Cómo inculcarle tu afición por las motos desde una visión positiva y cuidadosa? Aquí unos consejos para empezar.

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Lo que tienes que saber si vas a compartir tu afición motera con tu hijo

Los padres moteros seguro que han buscado más de una vez ‘motos para niños’ en internet. Son muchos los que sueñan con introducir a sus hijos e hijas en el mundo de las dos ruedas. Por eso, lo primero que hacen es investigar cuál es el mejor modelo para que empiecen a saborear las mieles del planeta motor. Pero hay un trabajo previo, incluso más importante que definir la máquina que está destinada a cambiar sus vidas. En anteriores ediciones de Box Repsol ya os contamos cómo guiar a los pequeñajos en la senda de la competición. Hoy ampliaremos el foco y os daremos algunos consejos de carácter más global. Dónde entrenar, cómo garantizar su seguridad, a qué edad pueden sacarse el carnet de moto o cómo convertirles en moteros responsables.

Empezaremos con lo más importante. Todos los aficionados a las motos saben, porque además es un tópico de la seguridad vial, que en la motocicleta, tú eres el carenado. Suena duro, pero es así. También suele decirse que hay dos tipos de motoristas: los que se han caído y los que se van a caer. En tus manos está que este dicho no aplique para tu hijo. Para eso, hay que dejarle muy claro desde el principio qué tipo de actitudes no puede tomar. Es importante enseñarle también qué medidas de protección debe aplicar siempre o qué maniobras evitar. En definitiva, hay que enseñarle que con el gas en la mano, el sentido común debe pasar por delante de cualquier otro impulso.

Casco integral siempre

La seguridad, la buena seguridad, será imprescindible para que su evolución sea positiva, para que coja confianza y no miedo. Para que vaya empapándose del mundo motero siempre desde el lado positivo. Para ello será necesario que le quede claro que el casco integral es innegociable. Quizás te pida el modelo abierto por comodidad, porque tiene calor o le gusta sentir el viento en la cara. Ni hablar. Sin crearle ningún temor innecesario, debe quedarle clara la importancia de cubrir toda la cabeza, mandíbula incluida.

Aunque siguen sin ser obligatorios, también los guantes deberían formar parte de su ‘dress code’ habitual. En definitiva, se trata de que asuma que debe proteger todas las partes sensibles de su cuerpo. Eso incluye, por supuesto, un zapato duro que no salte por los aires en caso de accidente y un pantalón resistente. También hará falta chaqueta con refuerzo en espalda, codos y hombros. Puede que tanta seguridad no le guste, que te diga que va muy incómodo o que así prefiere ir en bici o en patinete. No cedas.

Hábitos a interiorizar

En materia de seguridad es importante persistir. Ya sabemos cómo son los hijos. “Venga Papá, hoy sin guantes, que hace muy buen día”. “Va, mami, deja que vaya sin chaqueta, que voy aquí a la esquina y vuelvo”. Aquí se trata de generar una serie de hábitos que acaben siendo indiscutibles, que se conviertan en una obligación que no se pone en duda.

Del mismo modo que entramos en el coche y nos abrochamos el cinturón, también tiene que interiorizar y hacer suyas todas y cada una de las prendas que le van a mantener de una pieza en caso de siniestro. Pero sin generar miedos ni obsesiones, siempre desde la normalidad. Cuando hablamos de minimizar daños, no hay debate, ni medias tintas, ni excepciones. Y aquí, como todo lo que tiene que ver con la paternidad, lo mejor es predicar con el ejemplo. Padre y madre: vosotros, también, siempre bien protegidos.

Circuitos cerrados: ¿cuándo empezar?

¿Pero cuándo puedo empezar a introducir al chaval en las motos? Si quieres que pilote en circuitos cerrados, puedes sacar la acreditación de iniciación a partir de los 4 años. Y a partir de ahí, ir subiendo escalones, pasando por la de alevín, cadete, juvenil, júnior, sénior y, finalmente, veterano.

La licencia federativa es el documento necesario para toda persona física o jurídica que desee tomar parte en cualquier competición. Recordad que Marc Márquez, a los 4 años, ya pidió una moto a los Reyes. Suerte que le escucharon… Y suerte que sus padres siempre tramitaron y llevaron al día todo el papeleo que permitió que llegara a  lo más alto del motociclismo mundial.

Vuestro canijo no podrá circular fuera del circuito hasta que cumpla los 15 años y consiga pasar el examen teórico, de 20 preguntas, y práctico (en un circuito cerrado) del permiso AM, que habilita para pilotar motos de hasta 50cc. Pero ojo, nada de llevar pasajero hasta los 18.  Cuando cumpla los 16 puede subir un escalón y aspirar al carnet A1, que le permitirá llevar motos de hasta 125cc. A partir de los 18 años ya se abre todo un mundo nuevo, pero con la mayoría de edad ya volará solo como un jilguero. A lo máximo a lo que podréis aspirar entonces es a que escuche vuestros consejos.

«Coles moteros»

Para todos esos años de primeros aprendizajes, os recomendamos que busquéis escuelas de motociclismo acreditadas. Las hay por todo el territorio y están regentadas por personas como vosotros, locos de las dos ruedas que tratarán a vuestros pequeños como si fueran sus hijos. Encontraréis cursos para todos los niveles, desde la iniciación más básica hasta la enseñanza más avanzada. Normalmente, la edad mínima para ingresar es de 4 años.

En estos coles moteros no solo les enseñarán a desenvolverse con las motos. También aprenderán hábitos saludables de alimentación y educación física y se les enseñará a pilotar más con la cabeza que con las emociones. Además, empezarán a familiarizarse con el mundo de la mecánica y realizarán sus primeros pinitos en la competición. Aunque sea con sus compañeros de pupitre.

Sobre la moto ideal para vuestros hijos, al margen de lo lógico, que es el tamaño, tened en cuenta sobre qué terreno queréis que la utilice. No es una decisión para toda la vida, y puede ir variando. Lógicamente, sin embargo, no va a ser lo mismo un modelo de circuito que otro de montaña. Sea cual sea, y en cualquier circunstancia, recordad que ir en moto siempre debe ser un placer y no una obligación. Si a vuestro hijo le gustan las motos, adelante con la afición, y vosotros detrás y empujando. Pero si esto no es lo suyo, no queda otra que apoyar sus querencias al margen del motociclismo.

Porque lo más importante es el respeto hacia su manera de ser y de sentir la vida. Pero eso sí: que tampoco intenten ellos que a nosotros dejen de gustarnos las motos…

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