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Frenos de disco: la guía para entender todo sobre ellos

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¿Qué son los frenos de disco? ¿Cómo funcionan? Todo lo que tienes que saber para comprender los frenos de disco de tu motocicleta.

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Frenos de disco: la guía para entender todo sobre ellos

Si nos remontamos a los inicios de la motocicleta a finales del siglo XIX, lo cierto es que en aquella época la principal preocupación consistía en cómo hacer funcionar un motor. Cuando se consiguió ese objetivo, se planteó un nuevo problema: había que ser capaz de detener esas motos.

A principios del siglo XX aparecieron los primeros frenos para motos, solo en la rueda delantera, con zapatas de goma que friccionaban sobre la llanta con un sistema similar a los tradicionales frenos de bicicleta. Como podemos imaginar, más que detener la máquina, lo que hacían en realidad era simplemente aminorar la velocidad.

Los fabricantes comenzaron a emplear los frenos de tambor, con zapatas internas que se expandían hasta friccionar con las paredes internas de un tambor alrededor del eje de la rueda. Era un sistema económico y efectivo. Su principal desventaja estaba en la alta temperatura, causada por la fricción al frenar de las zapatas de freno con la superficie interior del tambor de freno. Este aumento de la temperatura causaba una disminución en la capacidad de freno, por lo que tiempo después se desarrollaron tambores ventilados.

La llegada de los frenos de disco

Los primeros frenos de disco para motos comenzaron a desarrollarse en la década de 1960. Honda resultó ser finalmente el primer fabricante en introducir el freno de disco en una máquina de gran cilindrada.

La Honda CB750 se presentó en el Salón de la Motocicleta de Tokio de 1966 con freno de disco delantero y se la conoce como la primera Superbike de la historia por su motor de cuatro cilindros en línea; una configuración seguida desde entonces por incontables competidores y todavía se mantiene en la CBR 1000 RR Fireblade de 2020.

El sistema básico de un freno de disco delantero se compone, entre otros elementos, de una bomba hidráulica de accionamiento manual en el manillar. Está conectada mediante un latiguillo de goma o trenzado metálico a una pinza de freno. En el interior de ésta, cuando se acciona la bomba mediante la maneta en el manillar, un pistón “empuja” las pastillas de freno hasta friccionar con el disco fijado a la llanta, lo que reduce la velocidad del vehículo.

Los primeros frenos de disco ofrecían un buen rendimiento rodando sobre asfalto seco, aunque destapaban carencias de rendimiento bajo la lluvia. En su evolución se generalizaron en la industria de la moto. Excepcionalmente, la Honda CS 125 empleaba un disco delantero de accionamiento mecánico, también visto en bicicletas y algunos quads infantiles.

A finales de la década de los 80 apareció la primera moto de serie dotada de frenos de disco con sistema antibloqueo ABS, una mejora que actualmente incluyen casi todas las máquinas del mercado.

Frenos de disco: tipos

También hay diferentes tipos de disco de freno. El diseño de los discos perforados está pensado para disipar el calor. Los discos de freno convencionales se fijan directamente a la llanta, aunque también existen los llamados “discos flotantes”. Se componen de una parte central fija y una parte exterior flotante, que es la pista de frenado propiamente dicha.

Este singular diseño permite un cierto juego lateral y axial que beneficia a la adaptación total del disco con las pastillas de freno, lo que supone una frenada más segura y un desgaste más homogéneo de las pastillas.

El funcionamiento se produce según sea la pinza flotante o fija. Si es de pinza flotante, desplaza el pistón y éste empuja la pastilla contra el disco. La fuerza de reacción desplaza la pinza para que la pastilla opuesta entre en contacto con el disco.

Si es de pinza fija, son los pistones situados a ambos lados del disco los que se desplazan empujando simultáneamente las pastillas contra el disco. Esto aporta ventajas a la hora de frenar, con una mejora en la respuesta y una ventilación del sistema más efectiva.

Las motos de gran cilindrada actuales emplean en su mayoría frenos delanteros con doble disco de acero con pinzas de cuatro pistones. La ubicación tradicional de las pinzas de freno junto a la horquilla puede variar con las llamadas pinzas radiales, que ofrecen mayor rigidez y un tacto más consistente.

Por su construcción, las pinzas de freno también pueden ser monobloque, elaboradas a partir de una misma pieza. Seguramente, también hayas visto alguna vez discos perimetrales. Son discos de acero de gran diámetro que discurren paralelos al exterior de la llanta. No son muy habituales en la industria, pero existen.

El mayor enemigo de los discos de freno en acero está en la caída de rendimiento por una alta temperatura, por lo que en la competición entraron en escena los discos de carbono. Los discos de carbono comenzaron a utilizarse en la Fórmula 1 automovilística y llegaron a MotoGP a finales de los 80.

El rendimiento de los discos de carbono resulta manifiestamente superior a los discos de acero, pero requieren condiciones distintas. Con un tacto más brusco, los frenos de carbono requieren una alta temperatura para un óptimo funcionamiento.

En las carreras de MotoGP, los discos de carbono se emplean mayormente sobre asfalto seco y, para mantener una alta temperatura, se recurre a protectores aerodinámicos que minimicen el efecto refrigerante que genera la velocidad. Gracias a estos protectores, los discos pueden utilizarse en carreras en mojado, además de en seco si la temperatura es baja. Si la temperatura es alta, se utilizan los discos de acero.

En tu día a día, los frenos de disco de tu moto te ofrecerán un impecable rendimiento. Seguramente también cuentes con sistema ABS, pero siempre lograrás mayor eficiencia si tienes la suficiente anticipación en la conducción como para el que sistema nunca llegue a entrar en funcionamiento.

Si tus frenos de disco suenen demasiado al accionarlos, puede ser por distintas razones. Esto puede ocurrir porque las pastillas de freno estén llegando al final de su vida útil. También puede deberse al mal estado de los discos, a una excesiva suciedad acumulada en el sistema o porque se haga un uso abusivo de los frenos. Ya, sabes, serenidad en la conducción y mantenimiento al día. Es el único secreto para la vida feliz en moto.

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