De leyenda

1993, el debut de Carlos Sainz en Lancia

Tras cuatro años y con dos mundiales junto a Toyota, Carlos Sainz y Luis Moya cambiaban de montura para 1993. Tras no llegar a un acuerdo con el Toyota Team Europe, tanto piloto, copiloto y Repsol se movían a otro constructor.

Sainz participa en el Rally de Montecarlo
1993, el debut de Carlos Sainz en Lancia

El equipo oficial de Lancia, con todas sus victorias y títulos, se retiraba oficialmente de la competición, dejando sus coches en manos del Jolly Club, casualmente la escudería que proporcionó los primeros coches y asistencias a Repsol en sus inicios en la competición en 1969.

Para Sainz correr con el Lancia Delta HF Integrale era un sueño, ya que desde pequeño había sido seguidor de la marca, una leyenda en las pistas y en la historia de la competición, con decenas de victorias y récords en su haber. Sin embargo, lo que prometía ser un sueño acabó por convertirse en un año negro, eso si, con algunas grandes imágenes.

El equipo lo completaría Andrea Aghini con su copiloto Sauro Farnocchia y, Gustavo Trelles junto a Jorge Del Buono.

El coche sería el legendario Lancia Delta HF Integrale Evoluzione grupo A. Este coche, curtido tras tantas victorias y luchas al límite con los Toyota, rendía más de 330 caballos que repartía a sus cuatro ruedas y un contenido peso de apenas 1.100 Kg.
El desarrollo estaba encomendado a Abarth, y tanto la directiva deportiva del grupo Fiat como la del Jolly Club aseguraron que, pese a que ya no era un equipo de fábrica, se continuaría la evolución del modelo, cosa que, como se vio más tarde, acabó por suceder de forma mínima.

Rally de Montecarlo

Sin faltar como cita inaugural, Montecarlo acogía un rally que de nuevo apenas contaba con nieve en su asfalto. Tenía eso si, traicioneras placas de hielo.
Andrea Aghini vencía el primer tramo, pero sufría un fuerte golpe durante el segundo día que destrozaba su Lancia en la etapa 12 diciendo adiós al rally. Mientras, Sainz luchaba por arañar segundos al crono, lograba marcar el mejor tiempo en tres etapas. Pero una placa de hielo le jugaba una mala pasada y sufría un accidente que, de no ser por sus eficientes mecánicos, habría dado por acabado su rally. De poder acabar cuarto terminó por entrar decimo cuarto.

Rally de Portugal

La siguiente prueba para el equipo fue el rally “Vinho do Porto” de Portugal. Sainz, que había solicitado algunas mejoras para paliar la gran ventaja mostrada por los Toyota y los Ford, no recibía el soporte que se esperaba y trataba de paliar la sangría de segundos a base de manos. Tras haber ganado apenas dos etapas, sufría un vuelco en el que daba varias vueltas de campana, arrancando una rueda y dejando el Delta inutilizable. Como punto positivo, su compañero Andrea lograba una tercera posición habiendo vencido en cuatro etapas.

Rally Tour de Corse

Viajábamos a Córcega, el Tour de Corse, un rally de asfalto en el que las mejoras seguían sin llegar y en el que la diferencia entre los Michelin que usaba Sainz y los Pirelli que usaba Aghini decantaban la balanza a favor de este. De no ser por un accidente que le hizo retirarse, Andrea habría quedado por delante de Sainz que, de nuevo, haciendo uso de todo el potencial del coche y el extra que le daba su pilotaje lograba vencer la última etapa y quedar cuarto en la general.

Rally Acrópolis

Grecia era la siguiente parada con el rally Acrópolis. Aún a la espera de solucionar los múltiples problemas que presentaba el Lancia pese a las promesas de desarrollo a principios de temporada, Sainz y Moya lograban un buen resultado en tierras griegas. Con sus adversarios sufriendo en las duras pistas de grava, el Lancia logró aguantar y permitió a Carlos ganar 11 de los tramos para acabar segundo en la general. Un dulce resultado tras todos los problemas y malos momentos acumulados en los meses anteriores. Sus dos compañeros en esta ocasión, Andrea Aghini y Gustavo Trelles quedaron cuarto y quinto respectivamente.

Rally de Argentina

La siguiente cita, al otro lado del Atlántico, nos llevaba a las pistas del rally de Argentina. La ilusión del reciente segundo puesto impulsaba los ánimos de Sainz de repetir o mejorar el resultado. Lamentablemente, a pocos kilómetros de comenzar el primer tramo del rally el motor de Lancia Delta sufría una avería y se veía obligado a retirarse. Tan solo Trelles lograba sacar algunos puntos para el equipo logrando una cuarta posición final.

Rally de Nueva Zelanda

De nuevo nos embarcábamos en un viaje de muchos kilómetros hasta el rally de Nueva Zelanda. Por fin el Delta contó con algunas mejoras de las solicitadas por Sainz, principalmente una nueva dirección. Ganó el primer tramo del rally, al que siguieron otros 8, pero algunos problemas en los últimos tramos y el resurgir de la competencia, le acabaron relegando a una cuarta posición final. Un futuro compañero que aún estaba dando sus primeras pinceladas en el Mundial, Colin McRae, acababa por ganar el rally.

Rally de Australia

Este año no se acudió al rally de 1000 lagos y se viajó directamente al Rally de Australia. Tan solo Sainz tomaba parte en la salida y, como si de una maldición se tratase, el desastre llegó pronto. Durante la tercera etapa el vehículo sufría una salida de pista, generando unos daños demasiado graves como para continuar. El equipo, con la moral por los suelos, volvería a Europa para tratar de acabar bien el año.

Rally de San Remo

Con tan solo dos pruebas restantes para el equipo, Carlos y Andrea tomaban la salida del rally de San Remo en Italia. Pero de nuevo, la mala fortuna se cebaba con nuestros pilotos. Carlos Sainz, tras vencer 4 tramos y quedar segundo en el rally a la cola de el avanzado Ford Escort RS Cosworth de Gianfranco Cunico, era descalificado por el uso de un carburante no permitido. Su compañero Andrea sufría un accidente en el séptimo tramo y decía adiós a la temporada.

Rally de España

El último rally del año con Lancia sería el Rally de España en la Costa Brava, Cataluña. Como si le persiguieran fantasmas del pasado, Carlos volvía a sufrir problemas eléctricos similares a los que en 1991 le dejaron sin coche, el Lancia, se negaba a arrancar en el décimo tramo. Esto unido a tan solo un sexto puesto de Gustavo Trelles, acababa por rubricar la que sería una temporada para olvidar en un coche que había sido el sueño de Carlos Sainz.

Sainz participaría ese año en tres pruebas nacionales, dos de exhibición en Santiago de Compostela y Oviedo y la Carrera de Campeones en Canarias, logrando la victoria en la prueba Ovetense.

1994 presentaría nuevos retos, Carlos, junto a Repsol, se embarcarían en un nuevo equipo, con uno de los coches más prometedores.

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