Cultura Motera

Quiero pintar mi moto ¿Qué hago? ¿Cómo lo hago?

7 minutos

Si has tomado la decisión de embellecer o restaurar tu moto, lo más seguro es que necesites pintarla y probablemente te hayas preguntado cómo hacerlo. ¡Te damos algunos consejos!

Pulverizador de pintura
Quiero pintar mi moto ¿Qué hago? ¿Cómo lo hago?

¿Tu moto ya no luce como antes? ¿Le falta brillo?, ¿El color está apagado? ¿Tiene algún golpe o rayada?

Quizás ha llegado el momento de renovarla o simplemente te apetece cambiar y darle una nueva imagen.

Pintar una moto no es un proyecto menor, obtener un resultado óptimo es complicado y la calidad que puedes conseguir en un centro especializado será difícil de igualar, pero la satisfacción de hacerlo uno mismo no tiene precio.

Es imprescindible planificar el trabajo, y ejecutarlo sin prisa, respetando tiempos de secado entre procesos y siendo meticuloso a la hora de aplicar las distintas fases. El éxito o fracaso del proyecto depende en buena medida de la preparación de la superficie.  

Hay que tener en cuenta el espacio para pintar, debe ser ventilado, con toma de corriente, buena iluminación y lo más aislado posible de fuentes de polvo o suciedad. Hay mucha información por la red sobre cómo construir una cabina de pintura casera, pero seamos conscientes de que nunca será cómo hacerlo en una instalación profesional. Además, necesitaremos tener un espacio con la temperatura controlada y libre de polvo para el secado de los materiales.

En cuanto al equipamiento; necesitarás pistola de pintura, compresor de aire, lijas, aparejo, pintura, barniz, cinta de carrocero, cinta de perfilar, y por supuesto elementos de protección como mascarilla, guantes, gafas, y si es posible, mono de pintura. Todo lo puedes encontrar fácilmente en cualquier tienda especializada.

Si has llegado hasta esta parte del post y aún quieres seguir con el reto, adelante, pero si no estás convencido es el momento de encargar el trabajo a un profesional, puede que incluso ahorres dinero.

¿Estás decidido?, ¡Pues manos a la obra!

PASO 1

Desmonta todas las piezas de la moto que vayas a pintar, depósito, guardabarros, tapas, etc.

PASO 2

Una vez desmontado, empieza la “fiesta”, hay que preparar la superficie perfectamente, existen productos decapantes, para retirar la pintura deteriorada, pero lo más efectivo es lijar, lo ideal para este proceso es utilizar lija de grano 150 a 400, puedes hacerlo con máquina o a mano. Hay que ser meticuloso, no pueden quedar restos de óxido, suciedad o pintura en ninguna parte, lo ideal es llegar hasta el metal o como mínimo a la pintura original en el caso de los plásticos. Presta atención a los rincones y partes de difícil acceso.

PASO 3

Una vez hemos lijado y limpiado, hay que verificar que la superficie está libre de suciedad o restos de material en mal estado que pueda dificultar la futura adherencia. Es aconsejable utilizar desengrasante o alcohol isopropílico, que no deja ningún tipo de grasas, aceites o siliconas, si por ejemplo tocáramos la pieza sin guantes, nuestra propia grasa de las manos podría comprometer la adherencia de la pintura.

PASO 4

Si la pieza tiene daños, toca aplicar masilla y una vez ha secado, volver de nuevo a lijar y limpiar hasta conseguir una superficie sin desperfectos. Este proceso se ha de repetir las veces que sean necesarias.

PASO 5

Ya tenemos la pieza preparada para la imprimación, es imprescindible esta fase para asegurarnos de que la pintura se adhiera bien posteriormente y el resultado sea el deseado. Las capas de imprimación deben ser suaves, con 2 o 3 será suficiente, respetando los tiempos de secado entre manos. Ahora vuelta a la lija, pero esta vez podemos hacerlo con una de grano más fino por ejemplo de 600, se trata de dejar una superficie totalmente lisa sin rayadas o golpes.

PASO 6

¿La has revisado bien? ¿Ves la superficie totalmente lisa y sin desperfectos?, recuerda que aún puedes aplicar masilla para rectificar cualquier detalle, pero siempre tocará lijar y limpiar concienzudamente.

El resultado final estará directamente relacionado con el acabado de este proceso.

Si estás totalmente seguro de que el trabajo está terminado toca preparar la pintura.

PASO 7

Puedes elegir pintar con bicapa o monocapa, la pintura monocapa no requeriría de un lacado final, aunque el resultado siempre es mejor si lo aplicamos.

Si ya tienes claro el diseño y la pieza perfectamente lisa, limpia y reparada, la cosa empieza a tomar color, ¡nunca mejor dicho! Las manos de pintura deben ser ligeras, no pretendas cubrir toda la superficie a la primera, se paciente y ordenado en las pasadas con la pistola. Intenta solaparlas al 50% y mantener siempre la velocidad de pintado y la distancia respecto de la pistola a la pieza de forma uniforme.

PASO 8

Respeta los tiempos de secado que recomienda el fabricante de la pintura, es básico para una buena reacción del producto. Si has decidido pintar en más de un color, deberás enmascarar con cinta de perfilar o de carrocero y tapar perfectamente con plástico o papel las zonas que no quieres que se contaminen con el segundo color. Una vez ha secado, ten especial cuidado en la retirada del enmascarado y las partes previamente tapadas.

PASO 9

Ahora sí, solo queda el acabado final, el lacado o barnizado protegerá la pieza de las inclemencias y le otorgará una resistencia al paso del tiempo mucho mayor. Al igual que en el pintado, este proceso requiere paciencia, pero hay que ser aún más precavido, la zona de barnizado y de almacenaje posterior, debe estar bien ventilada y lo más aislada del polvo posible, piensa que cualquier mota de polvo se puede adherir a la superficie y desmerecer todo el trabajo realizado.

PASO 10

¿No estás contento con el resultado?, no te preocupes, como en casi todo en la vida siempre tenemos una segunda oportunidad. Si durante el secado del barniz ha caído alguna mota de polvo, deja que seque bien la superficie barnizada antes de poder pulir, con este proceso podrás solventar pequeñas imperfecciones del acabado final. Se trata de lijar al agua con lija de grano muy fino, 1500 o incluso 2000, para posteriormente aplicar pulimento y así conseguir una superficie “espejo” y un brillo digno de los pianos de cola.

Realmente el proceso es laborioso y en ocasiones costoso en tiempo y dinero, pero es muy gratificante haberlo hecho uno mismo, ¿no crees?

Foto cabecera: Repsol

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