Poner un vinilo en nuestra moto es algo habitual, seguro que en algún momento lo has hecho o te lo has planteado. Aunque no es un proceso difícil, sí que puede resultar tedioso en algunos casos y hay que tener en cuenta algunos detalles para que todo vaya sobre ruedas.
El primer paso es limpiar bien la superficie donde se va a colocar el adhesivo. Se pueden utilizar algunos productos de limpieza pero hay que tener en cuenta que no contengan siliconas o aceites, porque la adherencia del vinilo se vería muy disminuida. Si lo haces con agua y jabón no tendrás ningún problema y por supuesto hay que secarlo a conciencia. Si se puede desmontar la pieza en cuestión, mucho mejor para trabajar, pero a veces es tan laborioso que no vale la pena.
En ocasiones se suele aplicar agua jabonosa a la superficie para poder reposicionar el adhesivo durante su colocación, pero ¡ojo!, esa técnica únicamente es válida para vinilos que sean de una sola pieza, si son partes sueltas como letras o elementos independientes que forman un logo o gráfica, no es posible, ya que al moverlo, las diferentes partes del adhesivo se moverían a su antojo y el desastre estaría asegurado.
Una vez decidido el sitio donde vamos a colocar nuestro adhesivo lo posicionamos y con un trozo de cinta de carrocero lo fijamos provisionalmente por la parte central para comprobar si está donde queremos, de esta manera podemos tomar las medidas oportunas para recolocarlo a nuestro gusto.
Ya lo tenemos en el sitio, ahora, de uno de los extremos retiramos la base de papel y la separamos del film transportador hasta más o menos la mitad, concretamente hasta donde habíamos fijado con la cinta de carrocero. En este momento el vinilo está adherido al transportador. Seguidamente recortamos la parte de la base que hemos despegado y con la ayuda de una espátula empezamos a pegarlo deslizándola y haciendo presión en el vinilo desde el centro hacia el extremo.
Ya tenemos la mitad del adhesivo pegado en la superficie con lo que podemos retirar el resto de la base de papel sin miedo a que se mueva se su posición. Repetimos la operación pero desde el centro hacia el otro extremo y voilà, vinilo puesto, solo falta retirar el transportador con cuidado y trabajo terminado.
Quitar un vinilo:
El proceso de quitar un vinilo aún es más sencillo que ponerlo, pero según la calidad del material o el tiempo que lleve puesto en nuestra moto puede llegar a resistirse, por eso vamos a explicar una manera de facilitar el trabajo.
El adhesivo reacciona a la temperatura, por eso a la hora de retirar un vinilo es conveniente calentarlo, conseguiremos que la cola se ablande y sea mas flexible, de esta manera evitaremos en gran medida la desagradable situación en la que al retirar un adhesivo la cola se queda posicionada en la superficie. Para ello podemos utilizar una pistola de calor o en su defecto un secador de pelo. Siempre con paciencia, hay que ir retirando poco a poco y calentando por zonas para conseguir sacarlo de una pieza.
En el caso de que el vinilo se resista o parte de la cola se quede adherida, aún habiendo calentado la superficie, existen productos en el mercado creados específicamente para la retirada de siliconas o adhesivos, es conveniente asegurarse de que el producto en cuestión no perjudique la superficie al aplicarlo, y por supuesto no utilizar acetonas o disolventes porque con mucha probabilidad pueden estropear la pintura o barniz de nuestra moto.
Foto cabecera: Repsol