Cultura Motera

Honda Collection Hall, el paraíso de las dos ruedas

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El Honda Collection Hall es mucho más que un museo, te contamos por qué.

Sinichi Ito rodando en composición con nubes de fondo
Honda Collection Hall, el paraíso de las dos ruedas

“Las máquinas nunca mienten. El éxito llegará si son realmente buenas, así que demostremos al mundo lo que hemos hecho. ¡Para que puedan ver la Honda real!”. Con estas palabras, Soichiro Honda, el fundador de la empresa que proporciona las motos a Marc Márquez y a Dani Pedrosa, presentó el museo que repasa la historia de una de las marcas de coches y motocicletas más célebres del planeta. Es lo que tiene hacer las cosas con pasión. Bienvenidos al paraíso de los amantes del motor; bienvenidos al Honda Collection Hall.

En este edificio, formado por dos torres dividas por un gran vestíbulo y situado junto al circuito de Motegi, en Japón, se guardan los mayores tesoros de la compañía. Alberga cerca de 300 máquinas que también son un fiel reflejo de la historia moderna del automovilismo y el motociclismo, tanto de competición como urbano y de carretera. En Box Repsol también nos encantan los coches (la muestra de autos de autos de competición es digna de admirar), pero hoy nos vamos a centrar en las dos ruedas. Porque así empezó todo en 1946, cuando el señor Honda (qué gozada de apellido) colocó un pequeño motor en una bicicleta.
El Honda Collection Hall, de casi 9.000 metros cuadrados, abrió sus puertas el 21 de marzo de 1998, y cada cierto tiempo va añadiendo nuevos modelos para no perder el hilo de la historia. Del mismo modo, al museo de Motegi van llegando motos de competición de temporadas anteriores, y como no podría ser de otra manera, Repsol forma parte de esas impresionantes vitrinas.

El museo es diáfano. De techos altos y de un estudiado minimalismo que busca dar todo el protagonismo a las máquinas. Las motos están ordenadas por décadas, desde los modelos más primarios de los años 40, como esas bicicletas que adaptaban un pequeño motor, hasta las más ‘racing’ del siglo XXI. En el primer piso están las de carretera, donde uno puede darse cuenta de la cantidad de motos conocidas que han salido de la cabeza de esta compañía japonesa. La serie Benly de los años 60, la extensa y legendaria familia de las Honda CB que ha marcado a varias generaciones, las ‘scooters’ que llenan ciudades de medio mundo o las míticas Gold Wing.
Encima de estas maravillas está la sección de competición. Ahí es donde encontramos joyas como la RC142 que a finales de los años 50 participó en la carrera de la Isla de Man. También disfrutaremos de una CB750R de 1973 que fue la primera deportiva en incorporar los colores rojo, azul y blanco y que participó en las 200 millas de Daytona.

Cualquier motero que visite esta maravilla de edificio se quedará de piedra delante de la primera Honda NSR jamás diseñada. Es del año 1984 y fue usada por el legendario Freddie Spencer en el Mundial de Motociclismo.

Sentirá algo parecido ante la RVF750 de 1991 que calzó Wayne Gardner o la NSR500 de 1997 de Mick Doohan.
La primera máquina con los colores de Repsol es del año 95, también con Doohan a los mandos. El piloto australiano ganó ese año su segundo campeonato de 500cc de los cuatro que conseguiría de manera consecutiva en el Equipo Repsol Honda.

Foto: Honda-montesa.es

En la planta baja, por cierto, puede conocerse al simpático robot de Honda, el famosísimo Asimo, el humanoide más avanzado de cuantos se han fabricado. Pobre chico…, será muy listo, pero no es consciente de todo lo que tiene sobre su cabecita.

 

 

 

 

Foto cabecera: Repsol

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