Cultura Motera

Aragón o cómo ir a las motos tras una comida de altura no apta para pilotos

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Igual que en el resto de países, los manjares de esta región no tienen cabida en la dieta de los pilotos. Pero si tú te pasas por el circuito de MotorLand Aragón este fin de semana: tómate tu tiempo, coge mesa y disfruta.

Dulce con caramelo
Aragón o cómo ir a las motos tras una comida de altura no apta para pilotos

Si vas a Motorland has de conocer la gastronomía típica de Aragón. Tierra de fusión culinaria, con influencias del norte y del este Mediterráneo. Grandes carnes, buenos vinos, correctos pescados y suculentos dulces. Aquí van algunas de las recetas típicas de esta Comunidad. ¿Podrás con todo?

Partamos de la base de que Aragón, como sucede en todas partes, dispone de una serie de ingredientes y materias primas autóctonas que están presentes en los platos más tradicionales. De este modo, es habitual encontrar sobre la mesa preparados a base de bacalao, jamón de Teruel, huevos y todo tipo de carne. Todo, regado con buenos tintos con denominación de origen Somontano, Cariñena o Calatayud. Los guisos son una de las especialidades de la región. No en vano, una de las obras gastronómicas más reconocidas en Aragón es el ‘Libro de Guisados’ de Ruperto de Nola, del siglo XVI.

Uno de los platos más típicos es el ternasco, acompañado mayormente de patatas, cebolla y tomate. Se suele cocinar asado y requiere de una copiosa siesta una vez rebañado con pan el último centímetro de sabrosa salsa.

Si se busca algo más arraigado, nada mejor que las migas aragonesas, una receta que se asocia al ámbito rural. Pero ojo, que sea poco sofisticado no significa que no pueda quitar el sentido. En su interior se encuentra longaniza, ajo, pimentón dulce, migas de pan seco y aceite de oliva. Se le suelen añadir uvas, que visten mucho. Algo así solo puede estar bueno.

Entre los entrantes ligeritos, destacamos los huevos al salmorrejo, la sopa de cebolla con sombrero de queso o los tomates frescos fritos de Casp. La contundencia, al margen del ternasco, la encontraremos en las albóndigas de bacalao o cualquier variante de pollo (¡al chilindrón!) y conejo.

El café habría que acompañarlo con frutas de Aragón. Que el nombre no os engañe, pues estamos ante un dulce de esos que requiere de una maratón para que desaparezca del organismo. Se consiguen a base de fruta confitada macerada y cocida en una fuerte concentración de almíbar azucarado. Una vez hecha la masa, se cubre de chocolate. Para los amantes del caramelo, y antes de pagar la cuenta, se puede pasar un buen rato chupando un adoquín del Pilar, uno de los recuerdos más comprados por todos los que visitan Zaragoza.

¿Y tú? ¿Qué comes cuando vas al GP de Aragón? ¡Esperamos tus recomendaciones!

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