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Las mejores carreteras para ir en moto por España

Si eres motorista eres afortunado por vivir en España. Habitas un país de magníficas carreteras y espacios naturales, así que vamos a proponerte algunas sugerencias que harán inolvidable tu experiencia sobre dos ruedas.

Motero mira las mágnificas vistas naturales de un lago
Las mejores carreteras para ir en moto por España

Paso de Roncesvalles (Navarra)

A unos 47 km de Pamplona (Comunidad Foral de Navarra), por la población de Roncesvalles, discurre la N-135, también llamada Carretera de Francia, para llevarte directamente al país vecino. La distancia entre Roncesvalles y la localidad gala de Arnéguy es de apenas 20 km, pero su trazado está marcado por interminables curvas de montaña que en moto exigen máxima atención al margen del incomparable marco natural por el que transitas. Querrás pararte en cualquier punto del recorrido, pero debes hacerlo en lugares suficientemente seguros para ello. El invierno resulta realmente frío y es muy probable encontrar nieve, pero en verano es uno de los recorridos más agradecidos que se pueden encontrar. Eso sí, debes prestar atención debido a la humedad en el asfalto.

Puertos de la Comunidad de Madrid

No es la primera vez que mencionamos los puertos de montaña de la Comunidad de Madrid como uno de los entornos más divertidos en moto, así como una ruta muy cercana a la ciudad que combina la belleza natural del entorno con el apartado gastronómico. Se puede acceder al área saliendo por las autovías A1 o A6, dependiendo del recorrido que prefieras hacer. Por la A6 encontrarás la primera oportunidad de desvío por el puerto de Galapagar, con curvas bien peraltadas y asfalto decente. En San Lorenzo de El Escorial puedes recorrer otro buen tramo de curvas hasta el Puerto de la Cruz Verde, mítico punto de encuentro del ‘postureo’ motorista desde hace décadas, y salir en dirección a Ávila a través del Puerto de La Paradilla, o bien recuperar el rumbo en dirección al puerto de Navacerrada. Las opciones son tantas desde ese punto, que no caben en este texto, aunque hay que tener cuidado con el estado del asfalto en según qué sitios.

Lagos de Covadonga (Asturias)

Siguiendo la carretera AS-262 se llega a la localidad de Covadonga (Principado de Asturias), desde la que parte la CO-4, una excitante carretera con 11 kilómetros de curvas que lleva a los impresionantes Lagos de Covadonga, uno de los entonos naturales más alucinantes a los que se pude acceder en moto. Hay que tener cuidado con la humedad y, sobre todo, la niebla en los meses más fríos del invierno, aunque nada como utilizar las luces antiniebla de tu moto, pero en verano es un absoluto lujo sobre ruedas. El lugar ofrece una experiencia adicional. Si continúas caminando unos siete kilómetros, puedes alojarte en un refugio del Macizo Occidental de los Picos de Europa, que ofrece vistas espectaculares del mar.

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Parque Nacional del Timanfaya (Lanzarote)

Quizá la carretera LZ-67 en Lanzarote (Islas Canarias) no ofrezca un interminable trazado de curvas de montaña como en las anteriores opciones, pero desde luego la experiencia en moto resulta igualmente inolvidable. El paisaje apocalíptico de la Ruta de los Volcanes te hará pensar que estás en Marte. En una suerte que no tenga tantas curvas, porque no cuenta con arcén en muchos puntos y la vía está flanqueada casi constantemente por piedra volcánica, así que imagínate. Como vemos complicado llevar tu moto hasta allí, se pueden alquilar motos trail de media cilindrada. Se trata de una carretera en un entorno que invita a la parada a cada momento, con ramificaciones de tramos verdaderamente retorcidos. Al mismo tiempo, en la conducción deberás tener presente la influencia del viento, que según el momento puede resultar bastante fuerte. Más allá del límite del parque, la isla de Lanzarote en sí misma es un paraíso que hay que recorrer en moto.

Costa da Morte (Galicia)

Si sales desde A Coruña en dirección a Arteijo, el litoral del noroeste de la Península Ibérica ofrece otro de los lugares más increíbles para recorrer en moto. La Costa da Morte abarca hasta el cabo de Finisterre en dirección sur. El entorno natural es impresionante, la fuerza de la vegetación por su lluvioso clima es un espectáculo y puedes recorrer múltiples carreteras a ambos lados de la AG-55 más o menos retorcidas, casi siempre con el mar a la vista. El asfaltado en general está bien, pero la humedad obliga a conducir pendiente. Cada pequeño pueblo de costa guarda un impresionante paisaje, así que se trata de un área perfecta para una trail de gran cilindrada con la que llegar al final de cualquier sendero que mire al mar. Esta ruta también combina genial con el apartado gastronómico.


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