
Es una situación que se puede dar de repente. Circulas con aparente normalidad hasta que, como por arte de magia, los cristales del coche se empiezan a empañar, dificultando la visión. No sólo resulta incómodo, sino que, si no le pones rápida solución al problema, puede resultar verdaderamente peligroso por la pérdida de visibilidad. Hoy os vamos a explicar de forma sencilla qué hacer para desempañar rápidamente y forma fácil los cristales.
Pero antes, conviene saber el por qué de ese empañamiento. ¿A qué se puede deber? Porque no hay una única causa para que se produzca este fenómeno tan incómodo.
¿Por qué se empañan los cristales?
Uno de los principales motivos para que se empañen los cristales es la diferencia de temperatura entre el interior y el exterior de un coche. En los días fríos, el aire caliente del interior del vehículo entra en contacto con los cristales fríos, lo que provoca la condensación del vapor de agua presente en el aire.

Es un fenómeno que se activa en un momento. En cuanto te metes en el coche, tu sola presencia ya genera un incremento de temperatura en el interior, y en cuanto activas la calefacción para crear un ambiente confortable: ¿quién no ha vivido esa sensación de meterse en un coche gélido, que ha pasado la noche aparcado en el exterior, y necesita ponerlo en una temperatura ambiente agradable para sus ocupantes?
Y, además, tenemos el (mal) hábito de poner la temperatura muy elevada para que “se caliente antes…”, y lo que conseguimos es disparar esa diferencia de temperatura que genera la condensación y provoca el empañamiento.
El exceso de humedad también dispara la condensación, da igual que se invierno o verano. La clásica tormenta que nos pilla de improviso, o no, y regresamos al coche con la ropa y el calzado empapados, con el paraguas mojado, goteando… Esa humedad choca con las superficies frías de los cristales y produce la condensación y el empañamiento.

Precisamente la respiración o sudoración de los ocupantes, que llegan al coche a la carrera, con el pulso acelerado, sorprendidos por la tormenta, también influye en el empañamiento de los cristales. En los días calurosos, y con un coche con varios ocupantes, la sudoración personal influye en este fenómeno.
La suciedad de los cristales también propicia el fenómeno del empañamiento, porque esos residuos, ya estén en el interior como en el exterior de los cristales, favorece esa situación. A veces se trata de simple polvo o grasa –polen de árboles u otro elemento orgánico natural-, e incluso de residuos de productos de limpieza. El aclarado es fundamental, no lo olvides.
Tampoco conviene olvidar que, en ocasiones, el problema reside en un mal funcionamiento del sistema de climatización. Si el sistema falla, no funciona el desempañador del cristal frontal, o el climatizador o el aire acondicionado no se regulan adecuadamente, no es extraño que los cristales se empañen. Por eso, una de las tareas fundamentales de todo propietario de un automóvil es estudiar el manual del usuario para conocer cómo emplear de forma adecuada todos los sistemas.
Métodos rápidos para desempañar los cristales
El climatizador ha de ser tu aliado en estas situaciones. Dedícale un poco de atención, conoce su correcto funcionamiento y así podrás solucionar, con un simple clic, cualquier problema que pueda surgirte, sobre todo cuando estás circulando.
Cuando nos encontramos con esta situación es fácil dudar: ¿aire frío o caliente? Por norma general, hemos de emplear el aire caliente dirigiéndolo directamente al cristal empañado. Si es el parabrisas, hay que utilizar las salidas de aire dirijas hacia el cristal delantero y así compensamos el frío exterior. De esta forma, usaremos la calefacción y con el ventilador al máximo durante algunos segundos. Y el efecto será inmediato.

El aire acondicionado también es una buena ayuda porque está diseñado para reducir la humedad interior del vehículo. Por eso, aunque en ese momento necesitemos calor, hay que combinar la calefacción con el funcionamiento del aire acondicionado para que sea este el que elimine la humedad del interior del vehículo, evitando el empañamiento. Y lo que es fundamental en estos casos es evitar la recirculación del aire.
Cuando lo que se empaña es la luna trasera, todo resulta más sencillo. Basta con activar el botón específico destinado a ello. El cristal dispone de un sistema térmico que se encarga de esa labor sin mayores complicaciones.
Si el problema del empañamiento de los cristales surge en marcha, hay que mantener una temperatura estable en el interior, entre 18 y 19 ºC, llevar las ventanillas cerradas, y asegurarse de que los cristales están limpios por el interior.
Los cinco pasos para un desempañado eficaz con los siguientes:
- Aire a máxima potencia orientado hacia el cristal.
- Activa la calefacción con el climatizador.
- Por el aire acondicionado.
- Desactiva la recirculación interior de aire.
- Abre ligeramente las ventanillas.
Trucos para que no se empañen los cristales
Independientemente de todo lo que te hemos comentado con anterioridad, también hay diversos trucos, más o menos eficaces, que ayudan a combatir este problema.
Por ejemplo, existen productos anti-vaho que evitan que la humedad se quede retenida y los cristales se empañen. Por lo general no son caros, resultan fáciles de aplicar y en la época invernal sin muy prácticos.

Otros trucos son más caseros y su eficacia es pareja a determinados mitos creados sobre ellos. Una patata cortada por la mitad, frotada sobre el cristal, deposita contenido de almidón que propicia que el agua resbale y evite el empañamiento. Era un antiguo truco empleado por los pilotos de carreras en sus cascos, mucho antes de que se emplearan las viseras de doble pantalla o anti-fog.
También el empleo de espuma de afeitar, extendiéndola sobre el cristal y frotándola hasta que se deshace, tiene propiedades similares a los productos anti vaho, y resulta bastante barato. El champú de niños, más suave y menos abrasivo, con una aplicación similar. Era habitual su uso entre los buceadores. El inconveniente de estos productos son las huellas que pueden quedar si no se aplica adecuadamente, y pueden provocar reflejos y molestias. Así que, como se solía decir, puede ser peor el remedio que la enfermedad… Otro truco muy básico es el uso de arena de gatos, conocida por sus excelentes cualidades para absorber la humedad. Un poco de arena en un par de calcetines, discretamente guardados en algún punto de nuestro coche, ayudará a absorber se exceso de humedad que crea la condensación, y además combatirá el mal olor generado precisamente por la humedad condensada.