
Antes lo teníamos más fácil: gasolina o diésel. Pero el avance en el desarrollo de la automoción nos ofrece multitud de opciones a la hora de elegir un vehículo. Ya no sólo es cuestión de elegir entre eléctrico o de combustión. Es que dentro de este último tipo de propulsores tenemos más opciones, como los híbridos, los de gasolina o los GLP, que son tres tecnologías que tienen un singular protagonismo en el mercado automovilístico.
¿Qué les diferencia y qué les caracteriza? ¿Cuáles son las ventajas de cada uno de ellos? ¿Por cuál nos decantamos? Qué dilema… A la hora de elegir hay que valorar todos los detalles, que no son pocos. Vamos a intentar ponerte las cosas un poco más claras.
¿Qué es un coche híbrido?
Como su propio nombre lo indica, un híbrido es un vehículo que combina diferentes tecnologías. Tiene un motor de combustión tradicional y cuenta además con uno o varios propulsores eléctricos, y dependiendo de la batería que los alimenta, los híbridos pueden ser enchufables (PHEV), cuando la batería se recarga en un punto de carga, o convencionales (HEV), cuando es el motor de combustión el que se ocupa de mantener cargada la batería.

De esta forma, el híbrido puede funcionar de forma independiente o combinando sus diferentes propulsores, de ahí que se le denomine híbrido, porque combina diferentes tecnologías de propulsión: la térmica y la eléctrica.
¿Qué es un coche GLP?
GLP son las siglas del combustible que emplea este vehículo con motor de combustión: gas licuado del petróleo. Este tipo de propulsores pueden utilizar indistintamente dos tipos de combustibles: gasolina (también los hay diésel, pero no es el más habitual) y GLP, que va en un depósito aparte. Algunos lo consideran también como un vehículo híbrido, pero realmente no podemos calificarlo así porque no emplea dos tecnologías distintas, ya que bien con gasolina o bien con GLP, se trata de un motor endotérmico o de explosión.
El GLP es una mezcla de gases, por lo general butano y propano, que se obtienen del petróleo y el gas natural. Aunque se trate de un gas, el combustible se ha licuado para facilitar su transporte y almacenamiento.

Uno de los principales valores del GLP es que tiene unas emisiones muy inferiores a la gasolina o el diésel. Se estima que su combustión produce entre un 10 % y un 15 % menos de CO2, un 70 % menos de NOx y un 80 % menos de partículas contaminantes. Al igual que los híbridos, los vehículos GLP disfrutan del distintivo ambiental ECO, lo que les permite circular por las Zonas de Bajas Emisiones (ZBE).
Características de un coche de gasolina
Todos conocemos sobradamente lo que caracteriza a un coche de gasolina (o un diésel), que cuenta con un motor de sencillo funcionamiento, de alta eficiencia y notable potencia, y que cuenta, en todos los fabricantes, con un amplio catálogo de modelos, y unos precios de venta de lo más variado, aunque los vehículos de gasolina destacan como la tecnología más barata.
El motor de combustión interna o endotérmico, requiere de un mantenimiento periódico, por desgaste de piezas móviles, y precisa de un acertado uso para no dañar elementos vitales, como por ejemplo permitir que el motor se caliente antes de exigirle la máxima respuesta, de forma que pueda trabajar a temperatura adecuada, lo que redundará en una mayor vida útil del motor.

El notable avance alcanzado por la tecnología permite que los motores de gasolina sean cada vez más eficientes y ofrezcan un consumo menor, con el consiguiente efecto en la reducción de emisiones. También ofrecen una autonomía superior a las otras tecnologías, y una enorme facilidad para repostar, dada la cantidad de gasolineras disponibles en cualquier lugar.
Comparativa detallada: coches híbridos, glp y gasolina
Nos encontramos ante diferentes tecnologías y diferentes combustibles, con sus ventajas y sus inconvenientes.
Lo primero que nos encontramos en esta comparación es el precio de venta. Los híbridos resultan más caros por el coste de la batería, que encarece su precio, y porque es una tecnología más compleja. El trabajo de combinar los dos tipos de propulsiones, eléctrica y combustión, requiere de una tecnología muy sofisticada.
Los vehículos GLP también son más caros que los de gasolina, aunque son bastantes más económicos que los híbridos. Por eso, en esta primera comparación, los de gasolina son los que salen más favorecidos.
Una vez que tenemos nuestro vehículo, hay que hacerlo funcionar. El gasto en energía, combustible y electricidad, también es diferente en función de la opción elegida.
Para los híbridos es una clara ventaja el bajo coste que la energía eléctrica tiene en nuestro país, pero es poco probable que un híbrido funcione permanentemente en modo eléctrico, porque lo que la mayor parte del tiempo estará movido por su motor de combustión, como el coche de gasolina. Y ya sabemos cómo se maneja el mercado, que sufre continuos cambios en sus tarifas influido por el precio del petróleo.
Sin embargo, el GLP, aunque también es un combustible, tiene un precio inferior al de la gasolina, que en ocasiones puede llegar a ser un 40 % más bajo.
Y el tiempo que le dedicamos a repostar, y la facilidad que tenemos para hacerlo, es otro detalle a tener en cuenta. Lógicamente, el que lo tiene más fácil es el vehículo de gasolina, con miles de gasolineras a su alcance y sin problemas de abastecimiento, una ventaja que también disfrutan los híbridos. Las gasolineras con GLP no son todavía excesivamente abundantes, pero la presencia de este tipo de combustible se va extendiendo progresivamente.

Y con el depósito lleno, ¿cuál llega más lejos? La verdad es que los tres tipos de propulsión –que, recordemos, son básicamente por combustión- se mueven en cifras muy similares, y los vehículos híbridos, con la ventaja que les ofrece el uso en modo eléctrico en determinadas circunstancias, pueden disfrutar de un extra, pudiendo alargar su autonomía por encima de la de un vehículo de gasolina o un GLP.
Finalmente, el coste de mantenimiento es una de las partidas que no siempre se tiene en cuenta, pero puede ser importante. Un híbrido tiene un mantenimiento similar a un vehículo de gasolina o un GLP, pero este último tiene la ventaja de que al producir una combustión más limpia se puede prologar la longevidad de su motor.
¿Cuál elegir?
Decantarse por cualquiera de ellos es una decisión completamente subjetiva que depende de las necesidades de cada usuario.
Si el mayor condicionante es la economía, lógicamente la primera opción es el vehículo de gasolina. Pero si el coste no es un problema, habrá que valorar otros detalles, como la frecuencia de uso, y en este caso lo que importa es saber cuál nos ofrece mejor consumo o mayor autonomía.
Y una vez tenidas en cuenta estas valoraciones, tendremos que decantarnos por un modelo concreto en función de nuestras necesidades específicas y nuestros gustos, porque modelos híbridos, GLP o gasolina los hay disponibles en un amplio rango de modelos, potencias y estilos.
No elegiremos lo mismo si lo que queremos hacer es un uso urbano y diario, que si necesitamos hacer largos desplazamientos. Y tampoco elegiremos, por ejemplo, un híbrido enchufable (PHEV) si no disponemos de una plaza de garaje donde poder recargarlo, o un GLP si no tenemos próxima una gasolinera donde poder repostar.
Parafraseando al filósofo: mi coche es mi coche y su circunstancia.


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