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¿Llevas meses ahorrando esperando a que llegue este momento y al fin vas a romper la hucha para comprar tu primera moto? ¿Estás entrenando el codo para firmar letras en vistas a cambiar tu vieja usada por una brillantemente nueva? ¿Has conseguido ya la financiación? ¡Vamos allá con unos consejos a tener en cuenta!
Pensando con lógica lo primero es hacer una lista con los modelos que te gustan, con sus pros y sus contras, sus precios y todos los accesorios o extras que tienen y de los que carecen.
Posiblemente, como eres un motero adicto, habrás buscado por internet o en –¡sí aún existen en papel! – tus revistas favoritas, las pruebas hechas por periodistas especializados. En ellas leerás sus ventajas e inconvenientes. Ten en cuenta el lema de los buenos profesionales: “ya no existen malas motos, sólo compras equivocadas”. Piensa en el uso que vas a darle.
A veces es fácil caer en el flechazo. Enamorarte de una moto a primera vista y dejar de lado si es lo que realmente te conviene y te resultará práctico a largo plazo. Por eso, para que no te dejes llevar por el frenesí causado por el enamoramiento repentino por un modelo hemos venido a echarte una mano y ponerte los pies en el suelo para que escojas sabiamente.
Por ejemplo, una custom no cubrirá las expectativas dinámicas de un motero deportivo.
Como simple vehículo, una moto tipo americano podría asimilarse a una limusina: poco dinámica, y sin prestaciones notables.
Eso no significa que sea una mala moto: tampoco una RR siempre es adecuada para todo tipo de personas o funcionalidades que le vayamos a dar.
Un Scooter más que una moto de circuito sin matricular puede ser una mejor opción que una “doble erre”, por ejemplo.
¿Cuánto dinero puedes gastar?
Amigo, no solo tienes que tener en cuenta el precio que estás viendo debajo de la moto de tus sueños. Debes añadir los impuestos, el seguro, y tener una idea sobre lo que te costará su mantenimiento en orden de marcha. Comprar una moto no es solo soltar el dinero a tocateja y olvidarse: hay que cuidarla, y cuidarla requiere dinero.
Piensa del mismo modo en el equipamiento correcto para tu moto. Casco de calidad, mono o conjunto de cordura, botas. Los accesorios de seguridad son extremadamente importantes.
No debes escatimar en ellos porque cada vez que te pones en marcha en la carretera tu vida depende de ellos. Y no, nadie te los regala a la salida del concesionario de motos: son un gasto extra que has de tener en cuenta.
¿Tiene la marca planes de financiación que te permitan adquirirla con ventajas y hasta cambiar de modelo con facilidad por recompra?
¿Prefieres una moto cómoda, o una que te permita verte en el espejo como tus pilotos favoritos aunque tu pareja no se atreva a subirse en el pequeño asiento disponible para el pasajero?
Vuelve a la lista. Anota ahora sólo los modelos que correspondan a tu carnet de conducir.
No serías el primero para quien el modelo soñado no es limitable al A2, por ejemplo. Su apuesta se reduciría a verla lucir bajo los focos del concesionario. Aclárate también, antes que nada, sobre si tu moto está de acuerdo a tu experiencia y capacidad. Una moto muy rápida no es aconsejable si es tu primera. Tampoco una moto muy pesada o muy aparatosa si tu complexión va a impedirte moverla con facilidad.
En todo caso, plantéate que siempre será mejor ir paso a paso en una escalada lógica de modelos en cuanto a cilindrada, prestaciones y hasta precio.
Liarte la manta a la cabeza, pensar “qué tienen los pilotos del Equipo Repsol Honda, Marc Márquez y Dani Pedrosa, que no tenga yo”, y lanzarte a por una moto que te supere no es la mejor idea.
Mejor será optar por un correcto escalado, cambiando de modelo progresivamente, hasta adquirir la seguridad y la confianza de que tu moto es la verdaderamente adecuada a tu capacidad.
Tras estas reflexiones, este es nuestro resumen:
1- Busca la mejor oferta. No siempre es preciso tener el ultimísimo modelo, y encontrarás ofertas “por cambio de temporada”.
2.- Encuentra la moto que corresponda a tu carnet (válida para el A2 y-o deslimitable si la conservarás al llegar al carnet A) y de acuerdo a las normas actuales: Euro-4, y si es una 125, mejor con ABS que con el sistema de frenada combinada…
3.- Adecúala a tu ergonomía: una moto para ciudad en la que no llegues bien a hacer pie será un inconveniente que puede hacer que la aburras.
4.- Tu moto debe acordarse a tu experiencia. Por mucho que quieras hacer tu imitación de Marc o Dani, tu capacidad puede necesitar una moto menos dinámica y exigente…
5.- Piensa en dos. Si vas a pagar la moto en pareja, cuida de su comodidad, no sólo ergonómica, sino también dinámica. Una super-deportiva es para el pasajero como una montaña rusa o como una lancha motora saltando olas. No seas egoísta y piensa en la comodidad de la persona que va a ir sentada a tu espalda.
6.- No te dejes impresionar por la electrónica. Muy a menudo, nunca utilizarás en la práctica algunos gadgets como modos de conducción customizables o suspensiones con regulación a tres vías. El menos en más no es aplicable a la cuenta corriente, pero a la elección de una moto en muchas ocasiones sí.
7.- Calcula el coste de su mantenimiento. Una moto muy cara lo será también en recambios, seguro, neumáticos, revisiones… No condiciones tu estabilidad económica a un capricho que no vas a ser capaz de mantener. Recordemos: lo primero es la practicidad.
8.- ¿Tienes un garaje seguro? o ¿Dejarás tu moto en la calle? ¿Permitirás que envejezca prematuramente al fresco de las inclemencias meteorológicas? Si tu moto va a dormir fuera, deberías de pensar en el gasto extra del mantenimiento y de una alarma con GPS/GPRS/GSM, además del precio de tu seguro que aumentaría por cubrirte en caso de robo.
9.- La confianza en tu concesionario, o que éste tenga su establecimiento cerca de tu radio de acción, puede llegar a ser más importante que el modelo o la marca que te parezca más atractiva
10.- Reiteramos nuestro mejor consejo: prefiere un escalado lógico de cilindrada, tamaño y potencia, creciente de acuerdo a tu capacidad, antes que adquirir de entrada “la moto de tus sueños”.
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Foto cabecera: Pierre B | Flickr