Cultura Motera

Hablamos con Guadalupe Araoz, la argentina que quiere visitar en moto todos los países del mundo

6 minutos

¿Te gustaría dar la vuelta al mundo? ¿Te gustaría hacerlo en moto? Guadalupe Araoz nos cuenta las aventuras de su viaje.

Guadalupe Araoz. La vuelta al mundo en moto
Hablamos con Guadalupe Araoz, la argentina que quiere visitar en moto todos los países del mundo

Todos tenemos sueños, pero son muy pocos los que ponen toda la carne en el asador para hacerlos realidad. Una joven argentina de 34 años, profesional de las finanzas, decidió un buen día dejar la calculadora y coger la mochila para conocer el mundo. Empezó andando, pero una lesión la subió a una moto y ya no se ha vuelto a bajar de ella. Se llama Guadalupe Araoz y su voz destila optimismo y aventura. Ha cruzado Asia y América. Ahora va a por el continente africano.

Atiende a Box Repsol en un alto en el camino, mientras ultima su salto a Marruecos desde España para recorrer todo el perfil oeste de África hasta que alcance Suráfrica. Desde ahí subirá por el este intentando hacer equilibrismos en algunos de los países más peligrosos del planeta.

Todo cambió al cumplir los 30 años. Realizó una viaje a Grecia desde su Buenos Aires natal y ahí coincidió con un personaje que le hizo ver las cosas de manera distinta. “Era un hombre sin apenas estudios, que había conseguido el dinero suficiente para construir una casa para su familia. Era feliz con lo poco que tenía”. Guadalupe echó la mirada hacia atrás. Y proyectó hacia el futuro. No le reprochaba nada a su pasado, pero el camino que marcaba su inercia dejó de gustarle.

Guadalupe Araoz y su nueva Honda.

Foto: Guadalupe Araoz

La moto apareció de manera inesperada en su nueva vida, aunque tiene muy vivo el recuerdo de juventud de cuando su padre la recogía en el colegio en una Honda customizada. Empezó como mochilera en China. Bajó a Tailandia y Malasia. También a Indonesia, donde una lesión en el pie detuvo su andadura. Una amiga le propuso que alquilara una moto, pero ella se consideraba torpe, incapaz de pilotar. Le dejaron una para que diera una vuelta. Fue recto, puso pie en el suelo, giró, y volvió. Sobrevivió. “El día que decidí alquilar una hice ver que sabía cómo iban, pero no tenía ni idea. Al salir tuve que preguntarle a un desconocido cómo se encendía y por dónde se ponía la gasolina”.

En Camboya sufrió un accidente grave  (no fue culpa suya) que le dejó muy dañada la clavícula. Tuvo que ser operada y trasladada a Argentina, donde fue de nuevo intervenida. A pesar del dolor, de lo mal que lo pasó, dice guardar “un muy buen recuerdo” de aquel siniestro. ¿Por qué? Porque tuvo la oportunidad de experimentar la bondad de la gente, porque pudo darse cuenta de que el mundo “está mucho más lleno de buenas personas que de malas personas, aunque estas salgan más en los medios de comunicación”. Mientras recuperaba el hombro, empezó a planear su próximo reto: atravesar América de punta a punta, desde Ushuaia hasta Alaska.

Guadalupe Araoz en la carretera.

Foto: Guadalupe Araoz

Guadalupe sobrevive con 300 dólares al mes que consigue gracias a su blog y a colaboraciones en algunas publicaciones de viajes. No necesita más. Eso sí, lleva las cuentas con precisión suiza gracias a un ‘excel’ en el que anota todos los gastos. Si un mes gasta 20 euros de más, en el siguiente debe ajustarse para abandonar los números rojos. No paga alojamiento porque utiliza una red que facilita camas gratis a través del intercambio cultural. También carga en la moto una tienda de campaña que siempre planta en lugares seguros. Como fruta y verduras y le gustan mucho los frutos secos. Hasta la fecha siempre ha usado motos Honda. Primero una XR 125 que exprimió al máximo y a la que le tenía “un gran cariño”. La llamaba Sami.  Ahora ha comprado en San Sebastián una NX 250.

Sus conocimientos de mecánica eran nulos antes de aficionarse a las motos. Ahora sabe lo suficiente para desenvolverse: engrasar la cadena, cambiar la cámara del neumático delantero o resolver algunos problemas en la transmisión. De la moto agradece la conexión con el entorno. “Sientes el viento, los olores, las risas y las conversaciones. También los pájaros. Podría haber elegido la bicicleta, pero no soporto las subidas…”.

¿Y qué seria de Guadalupe si hubiera seguido con su vida anterior? “Hoy tendría unos zapatos muy bonitos de tacón, de cuero; con un bolso impecable, el pelo ideal, las uñas perfectas. Sería una señorita. Seguiría viajando en mi mes de vacaciones. Estaría ganando un muy buen dinero. En definitiva, tendría una vida aburguersada, pero sentiría el vacío de que algo no va bien. Ahora sé que estoy haciendo lo que de verdad quiero, y por eso soy feliz, porque la felicidad no se encuentra: es una decisión”.

Guadalupe Araoz poniendo a punto su moto.

Foto: Guadalupe Araoz

El hecho de ser mujer tiene sus ventajas y sus inconvenientes. Lo bueno, explica, es que la gente te ayuda un poco más. “Seguramente sea porque te ven más frágil y necesitada. Muchos se sorprenden de que esté sola con mi moto”. Lo malo es que ser chica en determinados países puede resultar peligroso. Por eso no viaja nunca de noche y estudia meticulosamente el lugar en el que acampará. En una ocasión se detuvo en un cruce para mirar el mapa. Un camionero se paró y le dijo que aquel no era un buen lugar para quedarse. La acompañó un buen trozo hasta que la puso en ruta.

Guadalupe no suele pensar mucho en el futuro. Lo que sí tiene claro es que a medio plazo quiere buscar una fórmula intermedia que le permita establecerse en algún lugar durante seis meses -España es una muy buena opción, dice- para seguir viajando el otro medio año y completar así su sueño de pisar todos los países del mundo. En nuestro país ha pilotado por las carreteras del norte, entre Finisterre y San Sebastián. Más que los paisajes y los pueblos, de aquí le encanta la gente. “Me han tratado tan bien que todavía me pellizco para creérmelo”.

Todo aquel que quiera seguir las aventuras de Guadalupe puede consultar su canal de Youtube o su blog ‘Hasta pronto, Catalina’. ¿Que quién es Catalina? Su gata siamesa, que ahora vive en casa de su madre. ¿Y por qué hasta pronto? Porque no sabe qué futuros destinos le depara el mañana, siempre a lomos de su moto.

Blog y fotos: http://www.hastaprontocatalina.com/

Youtube: https://www.youtube.com/channel/UCaqiRwsSO2JwKB8nFO3yd-g

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