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Los pilotos no pueden comer lo que tú sí podrás saborear si viajas a Austria a ver el Gran Premio de Motociclismo. Un piloto es un deportista de élite. Y como todos los deportistas de élite, lleva una vida muy controlada en cualquier aspecto. Es muy importante, entre otras muchas cosas, cuidar el físico, que deben mantener con el deporte y por supuesto, con la alimentación. No pueden comer cualquier cosa.
Si eres uno de esos afortunados que ha podido coger su moto, salir en ruta hasta Austria para ver el Gran Premio, recogemos aquí una breve guía gastronómica diseñada para chuparte los codos.
Austria no es un país grande, pero su carta y la variedad gastronómica, como demostraremos a continuación, sí lo es.
Antes de empezar a hablar de recetas y delicias varias, es bueno señalar que es una cocina que ha recibido influencias de todo tipo. Desde el influjo de la cocina tradicional judía hasta la italiana o la bávara, pasando por su puesto por la Húngara y la Checa. Seguramente su plato más conocido es el gulash, pero lo que realmente queremos que conozcas es su repostería. Un auténtico y verdadero vicio.
Empezaremos hablándote del Palatschinken. Una especie de crepe más fina muy típica de la zona. Se hacen con leche, huevos, harina y sal. Se espolvorea por encima azúcar glas y se le suele añadir chocolate negro deshecho por encima. En su interior puede ponerse lo que uno quiera. Lo más común es la mermelada de albaricoque, el queso o las nueces, pero también puede ponerse carne o verduras y comerlo en una versión más salada.
Los amantes de la Tarta Sacher somos religión. ¿No lo sabías? Pues sí, la Sacher es un pastel de origen austríaco. Fue creada por un aprendiz de pastelero que se llama Franz Sacher en 1832. De hecho, hay que saber que la receta original se guarda bajo llave, pero si vas a Viena, puedes acercarte al Hotel Sacher y probar la auténtica porque todas las que has probado hasta ahora son imitaciones.
Otro de los postres típicos que hay que conocer es el Millirahmstrudel. Una auténtica fiesta de los lácteos. Se suele comer caliente y es una especie de panecillo relleno de huevo, leche y azúcar servido sobre una crema de hecha también con leche, yemas de huevo, vainilla, limón, una especie de requesón típico de la zona y pasas. Es un postre clásico y podéis encontrarlo en la mayoría de restaurantes y por supuesto, en todas las pastelerías que se precien.
Por último, te vamos a hablar de los Krapfen. Una especie de donuts rellenos de crema o mermelada que harían llorar a cualquier cuerpo de policía estadounidense. El donut clásico, el que come Homer, se queda a la altura del zapato cuando uno prueba una de estos bollos redondos que podemos comprar en muchísimos sitios en Austria.
Si vas al Gran Premio de Austria, habrás comido muy bien, pero tienes que pedir postre. Porque en Austria es casi obligatorio. Porque en Austria no se acaba de disfrutar la comida hasta que se ha comido el postre.