Cultura Motera

¿Eres un motorista duro? Elefantentreffen te espera

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Elefantentreffen es una concentración de moteros en Alemania no apta para todo el mundo. Te contamos el porqué.

Moto stunt en la nieve
¿Eres un motorista duro? Elefantentreffen te espera

Elefantentreffen nació como una concentración de homenaje a los compañeros caídos durante la Segunda Guerra Mundial, pero con el tiempo se ha convertido en la reunión de motoristas más duros venidos de todos los puntos de Europa.

La concentración anual de motoristas de Elefantentreffen, “quedada de elefantes” en castellano, es una de las más duras a las que cualquier motorista puede acudir. El frío centroeuropeo sobre dos ruedas no es un panorama al que deba someterse el motorista con menos experiencia, pero aquí te contamos algunas claves que te permitirán conocer mejor cómo es la última frontera del turismo en moto en el continente europeo.

Elefantentreffen comenzó a celebrarse a mediados de la década de 1950, cuando varios ex combatientes de la Wehrmacht comenzaron a reunirse anualmente para recordar a sus compañeros caídos en la guerra. La mayoría de las motos presentes correspondían a la Zundapp KS 650 con o sin sidecar, una máquina mastodóntica de uso militar llamada coloquialmente Grüner Elefant -Elefante verde- por el tono militar de su carrocería. De ahí viene precisamente el nombre de la propia reunión.

Con el paso del tiempo comenzaron a acudir a la concentración motoristas no vinculados a la contienda y continuó celebrándose varios años en el circuito de Nürburgring. A principios de la década de 1980 la concentración se celebró en la pista austríaca de Salzburgring, ésta y la anterior fueron escenarios en la época de distintas pruebas del Campeonato del Mundo de Velocidad. Desde hace 26 años se celebra cerca de la frontera de República Checa, en los bosques de Baviera. La concentración de Elefantes llegó a contar con hasta 17.000 asistentes en sus años de mayor capacidad de convocatoria, pero precisamente cambió de ubicación en su etapa más reciente en busca de sus propios orígenes.

El momento más importante en Elefantes llega el sábado con “la noche de las antorchas”. Originalmente, se iban nombrando uno a uno a los compañeros de armas caídos, pero con el paso del tiempo la ceremonia comenzó a girar en torno a los fallecidos en accidentes de moto durante el año anterior; todo ello en sepulcral silencio y a una temperatura que puede rondar -20 ºC. En esta ceremonia se inspira el llamado “desfile de las antorchas” de la popular concentración de Pingüinos en España, aunque es cierto en este último caso tiene una connotación algo más festiva por el ruido de los motores.

Si estás pensando en acudir a la concentración de Elefantes, debes saber que el viaje desde Madrid es de unos 2.500 km y en él deberás afrontar una meteorología de lo más adversa. En condiciones normales es un trayecto que se puede planificar en tres días, pero precisamente “condiciones normales” es lo que no vas a encontrar una vez cruces los Pirineos.

La concentración comienza un viernes, por lo que lo normal es comenzar el viaje el lunes anterior, ya que el trayecto no se puede planificar como un viaje normal. El frío, la nieve y el hielo pueden complicar el panorama hasta el punto de conseguir avanzar apenas 25 km en cinco horas. El avance depende siempre de lo que permitan las circunstancias, así que es mejor pensar cada paso de forma holgada. Puede ser que llegues con antelación el jueves si las cosas se dan bien pero, si no es así, también puede ser que lo hagas el viernes a las 11 de la noche.


Por último, para que entiendas mejor el carácter de quienes han afrontado en varias ocasiones este viaje, vale la pena mencionar las siguientes palabras; «Es casi seguro que durante el viaje tengas alguna caída. La tensión del frío hace que te contraigas y tienes que parar más a menudo de lo normal porque sientes como literalmente estás quemando las calorías en tu cuerpo. En otras concentraciones invernales puedes montar neumáticos de clavos, pero no en este caso, ya que gran parte del viaje recorre carreteras sin nieve y tienes la posibilidad de tener una caída tan pronto como pises una placa de hielo».

Foto cabecera: Arvis Geduss | Flickr

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